Luis García: el «último» deportista cubano que cayó en las redes del alcoholismo

Havana
algo de nubes
27.2 ° C
27.2 °
27 °
61 %
7.7kmh
20 %
Mié
28 °
Jue
30 °
Vie
30 °
Sáb
31 °
Dom
25 °

​El alcoholismo es una enfermedad crónica que afecta a millones de personas en todo el mundo, incluyendo a destacados deportistas.

Esta adicción no solo perjudica la salud física y mental, sino que también puede truncar carreras deportivas prometedoras.

En Cuba, se conoce, hay sobrados casos dentro del movimiento deportivo cubano de atletas de alto rendimiento, verdaderas estrellas dentro de su disciplina, que en algún momento de sus vidas lidiaron con la adicción al alcohol.

No todos tuvieron mala suerte. Unos, en plenas facultades deportivas, fueron más tolerantes que otros a la bebida, y en declaraciones hechas hace diez años por esa gloria del deporte cubano nombrada Antonio Muñoz, conocimos de lechadas propinadas por Rogelio García y Braudilio Vinent al equipo de Las Villas, bajo los efectos de una borrachera inmediata o del día anterior.

Incluso, Muñoz recordó cómo se llevó borracho completamente al 5 de Septiembre a Luis Giraldo Casanova un domingo en pleno mediodia, y media hora después, bajo pleno Sol, Casanova, borracho, conectaba sencillo, jonrón y doble. Con este último, en la segunda almohadilla pidió el cambio, antes de irse a las duchas a vomitar severamente.

Estas historias, sin embargo, no cargan con la tristeza de otros tres casos de deportistas cubanos que enfrentaron esta problemática: Luis García Prades, Jorge Luis Valdés y Douglas Rodríguez.​

Precisamente García Prades ofreció una entrevista reciente donde abordó con entereza el problema de esta enfermedad que muchos no consideran como tal.

Luis García Prades, conocido como «El Fino», ex pelotero de Industriales y de los equipos capitalinos en Series Selectivas, fue una figura destacada del béisbol cubano en las décadas finales del siglo XX. Recientemente, en una entrevista con el medio oficialista Trabajadores, García Prades confesó que sus problemas con el alcohol se agravaron con el tiempo, afectando su credibilidad y relaciones personales.

El otrora destacado atleta confesó los estragos que la bebida causó en su vida personal y profesional.

«Por la bebida perdí credibilidad», admitió García, quien reconoció que no percibió cuándo su consumo se volvió un problema. Sus problemas con el alcohol lo alejaron de sus seres queridos y deterioraron su imagen pública. «Es duro sentirse apartado por las personas que te quieren», expresó, dejando entrever el impacto emocional de su adicción.

Durante años, García rechazó la ayuda, convencido de que podía controlar la situación por sí solo. Sin embargo, con el tiempo, comprendió la necesidad del apoyo profesional. Hoy, aunque admite que aún bebe en ocasiones, asegura tener su consumo bajo control. «Sé hasta dónde puedo y cuándo no», afirma con determinación.

Uno de los momentos más impactantes de su testimonio fue cuando reveló que llegó a pensar en el suicidio. «Gracias a Dios algo me contuvo. Pensé en mis hijos. Habían perdido a su madre por COVID, no podía hacerles eso», confesó, enviando un mensaje de esperanza a quienes atraviesan situaciones similares.

Hoy, Luis García intenta reconstruir su vida, dejando atrás los errores del pasado y buscando aportar al béisbol cubano desde su experiencia. «Me arrepiento de muchas cosas, pero ahora es que Luis García va a dar pelea», concluyó con firmeza.

Recientemente se conoció del fallecimiento de Jorge Luis Valdés, otro destacado beisbolista cubano que tras su salida del deporte activo, en alguna medida se vió enfrentado al alcohol.

noticia relacionada: Fallece Jorge Luis Valdés, el mejor pitcher zurdo de la pelota cubana en su historia

Aunque no se disponen de detalles específicos sobre su lucha contra el alcoholismo, su caso fue mencionado por García Prades como un ejemplo de cómo las adicciones pueden afectar a los deportistas después del retiro.

Un caso memorable es el de Douglas Rodríguez, un boxeador cubano que alcanzó la gloria al ganar una medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Múnich 1972.

Dicho así, bronce, parece poco, pero Douglas permanece dentro de la memoria de los cubanos, como el único gladiador verdadero que se subía al ring a reventarse a golpes. Por si fuera poco, se sabe, vivió dos años con ambas muñecas rotas, del 72 al 74, inyectándose calmantes para los dolores y que debido a eso no pudo ganar el combate en Múnich 72 que lo hubiese llevado a discutir el oro.

Se dice que en el Campeonato del Mundo de Boxeo efectuado en la Habana en el año 1974 en el Coliseo de la Ciudad Deportiva, también con las muñecas rotas, le prometió al mismísimo Fidel Castro que ganaría el oro, y así lo hizo. Apenas unos años después, era frecuente verlo por la Avenida 26 o por Zapata, atrás del barrio de La Timba, completamente desorientado por el alcohol. Su adicción lo llevó a una vida de dificultades, alejándolo de los reflectores y afectando su salud y relaciones personales.

La historia de Rodríguez es un ejemplo de cómo el éxito deportivo no inmuniza contra las adicciones y cómo estas pueden afectar profundamente la vida de una persona.​

¿Quieres reportar algo?

Envía tu información a: [email protected]

Lo más leído

Quizás te interese

Envíos a CUBA desde → $1.79 x LBENVÍA AQUÍ
+