La congresista cubanoamericana María Elvira Salazar insiste en dotar a los cubanos de una Internet libre, y otra vez ha pedido ayuda al hombre más rico del planeta, Elon Musk, para que este, a través de su plataforma Starlink,le ofrezca de manera gratuita Internet a los cubanos.
María Elvira tiene hecho un proyecto de ley en el legislativo estadounidense sobre el tema, pero necesita no solo de la ayuda tecnológica de Elon Musk, sino también la voluntad política de la actual administración. Y no, no es la única voz republicana dentro de la política estadounidense que quiere internet for the people (of Cuba).
También lo quiere así la demócrata de la Florida Venita Valdéz Demings – conocida políticamente como Val Demings. Esta demócrata, en junio de este año, presentó un proyecto de ley para llevar la Internet a Cuba.
El problema, sin embargo, no es llevar la internet a la isla, sino que el gobierno cubano acepte que se la lleven. Y si hablamos de Starlink se necesita en tierra de unos receptores de la internet que proveen los satélites alrededor de la tierra. Una operación costosa que tal vez para el presupuesto norteamericano sea mucho pero que, para Elon Musk, que ya lo hizo gratuitamente con Ucrania, pueda hacerlo con Cuba, si – valga repetirlo – un receptor en tierra la reciba.
¿Pudieran unir esfuerzos entonces, Val Demings con María Elvira? ¿Pudieran trabajar juntas una republicana con una demócrata? Perfectamente es posible.
Según un artículo publicado en junio por el medio Florida Politics, el proyecto de la demócrata «promovería subvenciones para tecnologías que abren Internet en países como Cuba que tienen censura bajo regímenes autoritarios», y añade que Val se unirá a otro representante demócrata, Bill Keating, de Masachussets, para presentar la “Ley de Respuesta Rápida a la Libertad de Internet de 2022”. La medida (HR 8075) pondría a disposición más dinero para ayudar a reforzar la disponibilidad de Internet en países bajo censura. Este programa se ejecutaría a través del Fondo de Tecnología Abierta de la Oficina de Democracia, Derechos Humanos y Trabajo de los Estados Unidos, con el uso de «dólares estadounidenses para promover el acceso a Internet en países autoritarios que intentan censurar Internet como Cuba y Venezuela.»
“La tecnología financiada por esta iniciativa permite a los usuarios acceso gratuito a las redes sociales y otros servicios de mensajería, incluso durante apagones de Internet controlados por el gobierno”, dijo Demings en un comunicado de prensa.
“Esta es una respuesta concreta contra la tecnología de censura que Rusia y el Partido Comunista Chino están vendiendo a otros autócratas. De Cuba a Venezuela, de Bielorrusia a Rusia, esta iniciativa apoyará a la gente común en su lucha por la libertad”, escribió la demócrata en su comunicado.
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María Elvira Salazar, sin embargo, parece ir por otros derroteros.
La republicana, representante del distrito 27 de la Florida, le tomó la palabra al fundador de la compañía de Internet satelital Starlink, quien el pasado lunes anunció en Twitter a sus decenas de millones de seguidores que su proyecto de Internet satelital, conocido como Starlink, ya estaba disponible en todos los continentes.
Este hecho lo aprovechó la congresista para pedirle su ayuda con el objetivo de ofrecer acceso a Internet a los cubanos. Musk, cuando el presidente de Ucrania pidió su ayuda con la internet, respondió afirmativamente desde su cuenta en Twitter.
María Elvira presentó desde hace meses en la Cámara de Representantes de Estados Unidos, un proyecto de ley llamado Starfall, que consiste en una estrategia para brindar Internet a los ciudadanos, aunque su plan se basaba en la lógica menos cara: la de tener un receptor en tierra que pueda retransmitir la señal inalámbricamente.
La congresista está convencida de que es Musk – y Starlink, claro – la persona adecuada para burlar la censura de los regímenes dictatoriales, quienes han probado la eficacia de cortar este servicio, una vez que se organizan protestas populares dentro de sus territorios. Se probó en Venezuela, se probó en Bielorrusia, y por último en Cuba.
«Ayúdame a aprobarlo en el Congreso para que podamos trabajar juntos para acabar con los dictadores, no con el discurso”, dijo Salazar en su cuenta de Twitter, donde etiquetó al empresario, quien hasta el momento, no ha expresado públicamente su apoyo al proyecto de la cubanoamericana.
En el post publicado por Musk, donde hace referencia a que Starlink ya está disponible para todos los países, un usuario le preguntó si sería posible proporcionar Starlink a los iraníes, y el empresario respondió que “Starlink pedirá una exención a las sanciones iraníes en este sentido”. Luego, el activista argentino Agustín Antonetti le preguntó a Musk si podría hacer lo mismo con otros países como Cuba, y el fundador de Starlink respondió con un simple “Ok”.
Siin embargo, si bien los gobiernos de Irán y Cuba son muy similares bajo la óptica del gobierno de los Estados Unidos, «geográficamente» no se parecen en nada. Uno, tiene fronteras terrestres con otros países. Cuba, es una isla.
Y esto es fundamental para entender el problema, porque aunque Elon Musk haya dicho que es posible ya contratar Starlink en todo el mundo para tener acceso satelital a Internet, en el caso de Cuba, repetimos, será necesario una antena receptora que capte la señal de los satélites.
Queda también la interrogante de a qué se refería Musk con pedir una “exención a las sanciones iraníes” y si luego eso tendría que solicitarlo para Cuba.
Parece ser que Musk hace referencia a que el Gobierno de EEUU tiene que permitir la comercialización de las antenas receptoras en Irán, pero ¿cómo lo hará?, se pregunta un articulista en Periódico Cubano, e indica:
«Se supone que los regímenes autoritarios como el de Irán o Cuba no dejarán que esas antenas entren libremente a su territorio, ya que significan una amenaza para el control de la información,» una verdad tan evidente y grande como una casa.
Sin embargo, el pasado mes de agosto expertos señalaron que en un futuro no muy lejano, la telefonía celular tendría acceso a internet sin la necesidad de un retransmisor cerca con «celulares de última generación».
Es decir: celulares que desde tierra puedan captar la señal satelital sin problemas, algo que actualmente es posible, y es utilizado principalmente por el ejército norteamericano, pero no de manera comercial para todos.
Cuando eso suceda, primero, posiblemente, esos celulares se distribuyan por todo el mundo antes de que lleguen a Cuba. Cuando bajen sus precios, cuando pase un buen tiempo, de seguro enfrentarán un grave problema en la Aduana de Cuba.
