La esposa del mandatario Miguel Díaz-Canel, Lis Cuesta, Peraza, llamó al gobernante cubano como el «dictador de mi corazón» en una publicación en su cuenta en Twitter en la que cuenta con 5,889 seguidores.
«¡El que es lindo lo es! Y, además, por dentro y por fuera: el dictador de mi corazón», dijo la Primera Dama de Cuba.
El que es lindo lo es! Y, además, por dentro y por fuera: el dictador de mi corazón💓😍 pic.twitter.com/fuQJjmdvFa
— Lis Cuesta (@liscuestacuba) April 10, 2022
El tuit ha suscitado cientos de bromas y de memes que se mofan del comentario de Cuesta.
“Cuba, único país del mundo donde los políticos hacen mejores memes que los memeros”, escribió el tuitero conocido como San Memero.
“El de su corazón y el de 11 millones más… dictador compartido desgraciadamente!!”, agregó el usuario conocido como Mag Jorge Castro.
“Ni la cuenta parodia ha tirado un meme mejor que este”, bromeó, por su lado, El Ingeniero Baneado.
Lis Cuesta Peraza estrenó el pasado mes de abril su cuenta en Twitter y ha publicado varios comentarios que han sido blanco de burlas y chistes por parte de los cubanos que los han considerado desatinados y superficiales
La esposa de Díaz Canel se ha descrito en su perfil como «cubana, abuela, revolucionaria, profesora, coordinadora de eventos y cultura-turismo del Ministerio de Cultura de Cuba, junto a Miguel Díaz-Canel, incondicional al servicio de Cuba».
Su publicación se suma a otros textos de funcionaros cubanos que han sido pasto de chistes y burlas, por lo que en algunas ocasiones se han visto obligados a retirarlos de Twitter
La publicación de Cuesta coincide con la ola de memes que potenció en días recientes un video de la empresa cubana Prodal, en el que un grupo de trabajadores grita “¡Viva la Salchicha!”. El material fue retirado por la compañía tras convertirse en viral en las redes sociales.
Cuesta, en representación del Ministerio de Cultura fue una de las primeras organizadores del Festival San Remo Music Awards, que acaba de finalizar en La Habana y que fue criticado duramente por su realización en un contexto marcado por la dura crisis económica del país.
Tras las críticas y las cancelaciones de varios artistas internacionales, Cuesta se retiró de las actividades públicas que llevaron a la celebración del Festival en La Habana.