En el mes de mayo de 2022, 105 alumnos de las enseñanzas primaria, secundaria y preuniversitaria abandonaron los estudios en los centros educativos de la provincia de Ciego de Ávila, por motivos relacionados con la migración, según datos revelados por el periódico oficial Invasor, vocero local del Partido Comunista.
Detalladas infografías publicadas como parte del reportaje “Bajas escolares: Lecturas entre líneas desde Ciego de Ávila”, firmado por Amanda Tamayo y Grether Martínez, exponen que de un total de 149 alumnos, 26 niños y adolescentes sencillamente abandonaron las aulas por diversos motivos “domésticos”, 7 por embarazo, 4 por prescripción médica, 4 por matrimonios tempranos, 1 por fallecimiento y 1 por sanción penal. De este último el texto detalla que se trata de “un niño con discapacidad intelectual involucrado en un robo”.
La centenaria cifra de menores migrantes fue calificada de “preocupante” por Madeleys Sánchez Llanes, subdirectora general en la Dirección Provincial de Educación, quien comentó a las periodistas que esta es una tendencia “que este curso escolar ha hecho estragos en la matrícula como nunca antes, al punto de que solo en el primer mes, 105 educandos salieron del país, casi la mitad de los que lo hicieron al cierre del calendario docente 2019-2020”.
En la enseñanza secundaria de los municipios de Ciego de Ávila y Morón prevalece esta causa de la migración por encima de todas, y en el Instituto Preuniversitario Urbano La Edad de Oro, de la capital provincial, según constataron las profesionales, sucede otro tanto. Su director Kelvis Robert Quesada, declaró que en este centro “no es común el abandono de los estudios, pues los estudiantes vienen con otros intereses” y que desde que ocupa el cargo la migración es el principal motivo.
Esta situación “deja de manos atadas a los profesores” pues se ubica en una zona donde su influencia resulta nula, a diferencia de los otros casos que pueden ser atendidos de varias maneras por los grupos de profesores y metodólogos.
El reportaje del Invasor llama la atención sobre lo verdaderamente alarmante de las estadísticas no migratorias, que concentran en un mero plazo de 31 días un significativo número de problemáticas. “¿Podemos no alarmarnos cuando las estadísticas de solo un mes revelan siete niñas embarazadas y cuatro casadas? ¿Podemos no alarmarnos cuando leemos de un niño con discapacidad intelectual involucrado en un robo? ¿O de 26 que no desean continuar estudios?”, inquieren las periodistas.
