Aunque acostumbradas a criar a sus hijos con toda clase de carencias, el 6 de enero las madres cubanas se sienten probablemente más impotentes que cualquier otro día del año.
Sin dudas, el Día de los Reyes Magos hace años dejó de ser una fecha de celebración para convertirse en un triste recordatorio de todo lo que le falta a un niño en la isla.
Hasta el más humilde de los juguetes es hoy un lujo en un país cuyo salario medio en 2023 fue de 4.648 pesos (según la Oficina Nacional de Estadísticas e Información, que no tiene en cuenta la inflación, por lo que el salario real es bastante inferior), que a duras penas alcanza para comprar hoy una muñeca, o unas cajitas de plastilina o de slime.
¿Qué hace entonces una madre que cobra unos cuatro mil pesos cubanos al mes, si una sofisticada barbie cuesta 12.000 y un carro de control remoto, entre 20.000 y 23.000?
“Están bien duro los precios, imposibles. Cuando debería ser un día lindo y especial se convierte en frustraciones. Es triste no poder comprar todo lo que los niños se merecen y ver sus caritas inocentes”, lamentó Beticia Pando en el grupo de Facebook “Madres Cubanas Luchadoras”, en el que incluso se promociona el alquiler de “un Santa Claus”.

Lo peor es que “prácticamente no hay para comer”, como han recordado este lunes muchas madres, por lo que pensar en que Gaspar, Melchor y Baltasar puedan dejarle un juguete a sus hijos es “casi una ficción”.

“Yo a las mías no pude comprarles nada. Si apenas tengo para darles de comer, imaginen para un juguete. Es una falta de respeto lo que se vive en este país. Ni los niños pueden ser felices. Así quieren que las mujeres paran. Qué horror”, contó por su parte Maina Gómez.

“Triste la realidad de un padre al ver los precios”; “Los niños de Cuba son pobres. No tienen derecho a disfrutar de juguetes”; “Los Reyes Magos dicen que es una magia comprar juguetes en Cuba”; y “Cuánta tristeza. Ya los niños no tienen sueños ni ilusiones”, han opinado otros internautas.
“Muy fuerte para esos Reyes no poderles complacer ni siquiera una vez al año”; y “Cuba, el único país donde los niños no pueden disfrutar de la magia de los Reyes Magos. Los niños cubanos están obligados a ser adultos, ni juguetes, ni leche”, han subrayado.
Algunos han hecho énfasis en que es algo que sucede “hace mucho tiempo”. Hace rato que “muchos niños no tienen un juguete en sus manos” “ni leche que tomar”, han destacado sobre la infancia en Cuba, donde la inflación ha disparado los precios de los juguetes importados, mientras la producción nacional es prácticamente nula, pese a su importancia en el desarrollo psicomotor y la comprensión del lenguaje.

“Los Reyes dejaron de pasar por Cuba como en el 69 o el 70 del pasado siglo. Después vinieron los juguetes ‘equitativos y transparentes’ y ya luego, con la despenalización de dólar en 1994, regresó la fecha y la fantasía, pero con mucho sacrificio”, recordó Javier Rodríguez.
Sin embargo, ante la falta de opciones asequibles en las tiendas estatales en los últimos años, ni siquiera sobrevive la tradición de heredar juguetes de padres, hermanos, abuelos o primos porque no hay ya “qué heredar”.
“Mi hijo nació en el 2008. Tiene 16 años y jamás ha tenido un juguete, ni vía estatal ni particular”, confesó una madre granmense este lunes a Martí Noticias.

En tanto, los negocios privados y las tiendas en divisa ofrecen opciones bastante limitadas y prohibitivas para muchas familias, especialmente fuera de La Habana, y la minoría de niños que recibe un regalo un 6 de enero es gracias a la remesa que un familiar envía del extranjero, a que sus padres reúnen durante meses para poder comprarlo o improvisan poniendo a volar su inventiva para hacer juguetes a mano con materiales reciclados.

Hay que tener en cuenta que a mediados de 2024 el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia reconoció que el 9% de los niños cubanos sufren pobreza alimentaria grave porque solo consumen dos de los ocho alimentos considerados necesarios para una vida sana, y otro 33% padece pobreza moderada, porque acceden a tres y cuatro de dichos alimentos.