A partir de este jueves los habaneros sólo podrán comprar en tiendas de las cadenas Caribe y Cimex ubicadas en sus municipios de residencia, y los productos serán anotados en la libreta de abastecimiento, informa una nota del gobierno de la capital cubana divulgada por medios estatales.
“Todos los productos que se venden serán controlados y regulados, anotando en la libreta de abastecimiento los controlados, por tanto, en todos los establecimientos se aplica el sistema de escaneo del carnet de identidad”, indica el comunicado.
La medida responde a “la situación existente con la disponibilidad de productos”, y tiene como objetivos “hacer más viable la venta, lograr mayor equidad y por consiguiente disminuir la aglomeración de personas en los establecimientos”, según las autoridades de La Habana.
Lo cierto es qué tal política fue aplicada en los peores momentos de la pandemia de COVID-19 y recibió innumerables críticas por parte de lo pobladores de municipios con menor cantidad de tiendas, además de las personas que trabajan en lugares distantes de sus zonas residenciales.
En esta ocasión se vincularán los núcleos familiares a las tiendas y puntos de ventas en los municipios donde las condiciones lo permitan.
“Se organizarán ciclos de ventas de los productos controlados, en correspondencia con las posibilidades reales de abastecimiento y logística”, añade la nota del gobierno.
Según las nuevas medidas, en el Centro Comercial de Cuatro Caminos solo podrán comprar los residentes de los municipios de La Habana Vieja y Cerro, mientras que en Carlos III únicamente se venderán productos a personas que residan en Centro Habana y Plaza de la Revolución.
De igual forma, el Centro Comercial El Pedregal sólo despachará mercancías a la población del municipio de La Lisa.
Las autoridades habaneras precisaron que estas medidas entrarán en vigor el próximo jueves 21 de abril y su aplicación y control correrá a cargo de “los grupos municipales”.
Cuba vive una de sus peores crisis económicas de las últimas décadas, caracterizada por la escasez de alimentos y productos vitales, la elevada inflación y la dolarización de las ventas en la mayoría de las tiendas minoristas.
