El magistrado español rechazó la querella presentada por la cubana y única sobreviviente del accidente de avión sucedido en La Habana en 2018. Junto con los familiares de otra de las víctimas, Mailén Díaz Almaguer, acusaba a la compañía Global Air, la operadora mexicana que arrendó la nave a Cubana de Aviación, por presunta responsabilidad en el fatal suceso que acabó con la vida de 112 personas.
Los querellantes intentaron abrir una causa judicial en la nación española amparados en la nacionalidad del empresario Manuel Rodríguez Campos, quien es el presidente y accionista mayoritario de la compañía área y a quien también intentaron adjudicar los delitos de homicidio, imprudencia grave y otras lesiones.
Sin embargo, en un documento emitido por la corte y al cual tuvo acceso el diario La Razón se explica que fue el juez Santiago Pedraz quien se negó a admitir la querella, indicando que cualquier delito ya habría prescrito con el paso de los años y su criterio fue inmediatamente respaldado por la fiscalía.
“Resulta evidente la dificultad de imputar al empresario por imprudencia grave cuatro años después del hecho y lejos del ligar del mismo y sin contacto con las autoridades, tanto del lugar del accidente como del país donde radicaba la sociedad”. Además, las autoridades consideraron que ante la ausencia de “infalibilidad de sus pilotos”, tampoco se le podía obligar a la empresa a que respondiera penalmente.
De acuerdo con el informe de investigaciones presentado en 2019 por la Comisión Estatal de Investigaciones de Accidentes de Aviación en Cuba, el suceso del avión arrendado por Cubana de Aviación había sido consecuencia absoluta de un error humano.
El juez Pedraz consideró pertinentes las conclusiones de ese documento donde queda establecido que: “la causa más probable del accidente fue el desplome de la nave, como consecuencia de su entrada en posiciones anormales inmediatamente después de la separación del tren de aterrizaje de la superficie de la pista, que condujeron a la pérdida de control de la misma debido a una cadena de errores, con preponderancia en el factor humano”.
Por su parte, tanto Mailén Díaz como los familiares de la otra víctima, de nacionalidad española, dijeron que acudían a las autoridades europeas debido a que las cubanas y mexicanas no habían cumplido con su misión de dar respuestas penales, ni civiles que vengaran a las 112 víctimas.
Desde los últimos meses, la cubana y única sobreviviente del trágico suceso ha pasado de ser una figura mimada y convertida en símbolo por la oficialidad, para convertirse en una crítica reacia de las decisiones y la política comunista. En más de una ocasión ha criticado la dura situación social y económica que vive el país y ha llegado incluso a acusar a las autoridades médicas de no garantizarle los medicamentos que requiere para el tratamiento de las graves secuelas que la han sometido todos estos años a la postración en una silla de ruedas.
