José Martí: “¿Puede mantenerse contra el pueblo el poder que se recibe de él?”

Havana
algo de nubes
19.2 ° C
19.2 °
19.2 °
94 %
1kmh
20 %
Sáb
31 °
Dom
31 °
Lun
30 °
Mar
30 °
Mié
29 °

José Martí, nacido un 28 de enero de 1853, hace 169 años, es tanto admirado por los cubanos de todas las tendencias políticas, como reclamado por todas estas partes como fundamento de sus procederes y posturas. Su obra, sus palabras, son utilizadas como justificación casi sagrada para las más diversas acciones e iniciativas de todos los bandos en esta hora de extremos inevitables y de miedos grandes.

En vez de servir para fomentar las desuniones entre los cubanos, como bandera renuente de sectores irreconciliables, José Martí debería ser el motivo ideal para la conciliación nacional y así sellar la unidad en la diferencia, la unidad en la diversidad, en el entendimiento dialógico.

El sueño que el Apóstol quería construir “con todos y para el bien de todos”, se ha convertido en pesadilla rencorosa, dolorosa, más amarga que el peor vino de plátano que jamás imaginó.

En vez de utilizar los pensamientos martianos para justificar represiones, juicios, golpizas, intolerancias, intransigencias, caprichos parcializados, estos deberían ser guía para construir una patria conjunta, pues siempre votó por “la voluntad de todos, pacíficamente expresada: he aquí el germen generador de las repúblicas”, y la “garantía de las repúblicas está en la cantidad numerosa de voluntades que entran en su gobierno”, y no en un mandato voluntarioso, constante, invariable, que impone un solo criterio a todos, pensando solo en su bien exclusivo.

Pues, como también refirió, “todo poder amplia y prolongadamente ejercido, degenera en casta. Con la casta, vienen los intereses, las altas posiciones, los miedos a perderlas, las intrigas para sostenerlas”, y todo este poder “que iría adquiriendo la casta de funcionarios, ligados por la necesidad de mantenerse en una ocupación privilegiada y pingüe, lo iría perdiendo el pueblo, que no tiene las mismas razones de complicidad en esperanzas y provechos, para hacer frente a los funcionarios enlazados por intereses comunes”.

En estos días en que las calles cubanas abundan en militares y policías, subiendo y bajando de camiones en cualquier esquina, convertidos en presencias constantes en las tiendas en MLC, en que el presidente da órdenes como un comandante en tiempo de guerra, contra el calificado como “enemigo interno”, que no es más que los cubanos que piensan diferente a los dictados del gobierno, alcanza validez otra idea del Martí, esa que recomienda que “el poder en las Repúblicas sólo debe estar en manos de los hombres civiles. Los sables, cortan. –Los fracs, apenas pueden hacer látigos de sus cortos faldones”, excepto cuando estos “fracs” están al servicio de los sables, en un estado donde los poderes no permanecen separados, sino subordinados a una cúpula inabordable e imperturbable.

Díaz Canel sencillamente olvidó esa tarde del 11J que lo “que en el militar es virtud, en el gobernante es defecto. Un pueblo no es un campo de batalla. En la guerra, mandar es echar abajo; en la paz, echar arriba: No se sabe de ningún edificio construido sobre bayonetas”, y afiló los faldones para que el látigo hiriera, cortara como sable. Y respondiera a la definición que sobre demagogo ofrece Martí: “el que levanta una porción del pueblo contra otra. Si levanta a los aspiradores contra los satisfechos es demagogo; si levanta a los satisfechos contra los aspiradores, es demagogo”.

Se olvida a esta hora en Cuba que quien es “elevado a la jefatura de la Nación entiende la grandeza venerable de las instituciones democráticas, viene a la solemnidad de los hombres civiles, garantiza una nueva época de paz y derecho y asegura que quien así se mezcla y se confunde con la obra que va a popularizar el ejercicio de la libertad, ni la violenta, ni la mengua, ni cerrará para la patria que reanima, las puertas que con sus mismas manos viene a abrir”.

José Martí llora de muerte en la hora de su nacimiento, se quema con el fuego de antorchas irracionales que incineran todo lo que tiene su pensamiento de lucidez, de amor a la patria de todos, de amor a todos por encima de las diferencias, pues amar es amar las diferencias del amado.

¿Quieres reportar algo?

Envía tu información a: [email protected]

Lo más leído

Quizás te interese

30 HUEVOS para CUBA → $6.49ENVIAR AHORA