Después de que dos de sus pupilos se coronaran esta semana en el Campeonato de Europa de Atletismo de Roma, a mes y medio del comienzo de los Juegos Olímpicos de París, el cubano Iván Pedroso se ha reafirmado como el entrenador que todo saltador quiere tener.
En concreto, Pedroso, que también brilló como atleta, demostró su éxito como preparador de alto rendimiento en la capital italiana al ayudar a que el cubano-español Jordan Díaz, y la española Ana Peleteiro, se llevaran los oros en el triple salto.
Pero no es la primera vez en lo que va de año que el entrenador habanero, campeón olímpico en Sidney, radicado hace tiempo en España, deja claro que irá por todas a París, donde, según dijo a El País, el triple salto “va a estar interesante”.
Si,este es mi entrenador 🤣🤣🤣🤣🤣 https://t.co/RjiPttYsPU
— Jordan Alejandro Diaz Fortún (@diaz_fortun) June 12, 2024
En marzo pasado, tres de los atletas del dream team de Pedroso, de 51 años, se llevaron medallas en el Mundial de Atletismo bajo techo celebrado en Glasgow.
Bajo su tutela, en la ciudad escocesa la propia Peleteiro, el portugués Tiago Pereira y la también española Fátima Diame, obtuvieron medallas de bronce en las disciplinas de triple salto y salto de longitud, respectivamente.
Q y a la final✅
— Jordan Alejandro Diaz Fortún (@diaz_fortun) June 9, 2024
Martes 11 de junio a las 20:55pm será una batalla difícil🔥
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De esta manera, el centro de entrenamiento de élite para saltos, que ha establecido el nueve veces campeón del mundo en la ciudad española de Guadalajara, se ha consolidado como uno de los mejores del mundo.
Y el cubano podría haber cosechado mejores resultados este año, ya que su principal pupila, la recordista mundial venezolana Yulimar Rojas, siete veces campeona del mundo y vigente campeona olímpica en triple salto, no estuvo en Glasgow para guardar energías para París, una cita a la que no asistirá porque en abril se rompió el tendón de Aquiles de su pie izquierdo mientras entrenaba.
Hace unos meses Pedroso declaró a la revista Runner’s World que “la relación entre el entrenador y el atleta es el 50% de todo. Y el entrenamiento solo es el 20%. Cuando un atleta confía en un entrenador, eso es más poderoso, yo lo viví con mi entrenador”.
No en vano Pedroso afirmó estar contento “con cojones” después de que Díaz, el último diamante que ha pulido, superara este 11 de junio al cubano-portugués Pedro Pichardo, campeón olímpico y defensor de la corona continental.
“Alegría por el fruto de un gran trabajo. Vamos por más”, escribió el coach en Instagram tras el triunfo de Peleteiro el domingo.
Cabe recordar que hace tres meses el antillano auguró que la joven promesa cubano-española, que pasó a formar parte del grupo de atletas bajo su paraguas hace tres años, llegaría con buenas vibras a los Olímpicos de París.
“Estamos trabajando para fortalecerlo bien. Hay que ir con mucha inteligencia, con mucha cabeza. Las molestias no son preocupantes y en verano estará donde tiene que estar. Jordan no es que tenga margen de mejora, es que no tiene límite”, aseguró Pedroso sobre Díaz, que en 2021 decidió no regresar a Cuba.
Entonces Pedroso, leyenda del salto de longitud, resaltó que Peleteiro, que el año pasado no tuvo tiempo suficiente para recuperarse ni entrenar tras un embarazo, estaría bien en 2024.
Tampoco se puede olvidar que el saltador cubano Juan Miguel Echevarría, que no compite desde 2021 y pidió al año siguiente su baja del deporte en Cuba por “motivos personales”, anunció que sería entrado por Pedroso para volver a competir por la isla.
A finales de abril, el subcampeón olímpico de salto largo en Tokio y campeón del mundo bajo techo en Birmingham, apuntó que había cumplido “el sueño de integrarme al equipo del gran Iván Pedroso” para clasificar a París.
Por su parte, Deporcuba resaltó que el deportista se encontraba en España, “con Iván Pedroso”, para “trabajar por el sueño olímpico en representación de Cuba”.
En cualquier caso, Pedroso, que desde joven participaba en pruebas de medio fondo, no ha sido defraudado por sus pupilos, como mismo un día él no decepcionó a su también mítico entrenador, Milán Matos.
A pesar de que a muchos le parecía importante que los 1.77 metros de Pedroso estuvieran por debajo de la estatura promedio de los saltadores, Matos lo llevó a convertirse en un campeón que ahora forma campeones.