La espiral inflacionaria continúa disparando el precio de los alimentos en Cuba, donde un cartón de huevos ya cuesta la friolera de 850 pesos, el equivalente a más de un tercio del salario mínimo de la isla.
El alimento, otrora nombrado popularmente por los cubanos como el “salvavidas”, no sólo aumentó su precio más del doble en un año, sino que se ha sumado al amplio listado de productos que brillan por su ausencia.
El Ministerio del Comercio Interior informó este mes que “se respaldan” cinco huevos per cápita de la cuota que se vende a través de la libreta de racionamiento, pero fuera de esos, se vuelve casi imposible encontrar ese alimento en las tiendas, y sólo aparece a precios exorbitantes en el mercado negro.
La escasez de pienso industrial destinado a la alimentación de aves ponedoras ha llevado a las empresas avícolas estatales a experimentar con métodos de probada ineficacia como el pastoreo de gallinas, lo que se traduce en bajas producciones de las posturas.
El déficit cada vez más notable de alimentos no sólo aumenta la presión inflacionaria producto de la demanda insatisfecha sino que, peor aún, coloca a Cuba entre los países de mayor riesgo de inseguridad alimentaria en medio de la actual crisis alimentaria internacional.
Un reciente informe del Boston Consulting Group ubica a la isla junto a Haití, Guatemala y Belice como las naciones de Centroamérica y el Caribe que más fuerte sentirán el impacto de la escasez de alimentos provocada por la guerra entre Rusia y Ucrania.
“Si bien esta situación nos afectará a todos en todo el mundo de manera significativa, las economías de bajos ingresos corren el riesgo de sufrir complicaciones y posibles disturbios”, explicó la directora ejecutiva y fundadora de Food Systems for the Future, Ertharin Cousin.
Según varios analistas, la isla atraviesa actualmente su peor crisis económica de los últimos 30 años, con un marcado descenso en la producción e importación de alimentos por parte del gobierno cubano.
“Datos recientes indican que en 2021 se agudizó la reducción de dos partidas claves de la oferta de alimentos: agropecuarios y alimenticios (procesados). Las contracciones expresan descenso del bienestar y presión inflacionaria. No hay indicios verificables de una posible solución”, reveló esta semana el economista cubano Pedro Monreal en su cuenta de Twitter.
El gráfico publicado por el experto refleja una caída cercana al 50% de la oferta de productos del agro en los últimos 3 años, período en que además se redujo cerca de un tercio la importación de alimentos.
