El récord del hombre más alto del mundo es una de esas marcas que más interesan en cada nueva edición del libro Guinness World Records, desde que este se inauguró hace ya unos 66 años.
Pasan los años y la marca de Robert Wadlow parece que nunca será rota, pues nadie se ha acercado a la estatura que lo llevó a ser considerado como el hombre más alto del mundo.
El propio sitio oficial del Libro Guinness World Records recuerda que Norris y Ross McWhirter, los fundadores de esta entidad en 1955, empezaron a “descartar los reclamos de gigantes legendarios como el bíblico Og, Rey de Bashan (que se habría elevado, supuestamente, a 9 codos asirios, o 494,03 cm), y citan que existía una ‘confusión de unidades’”.
Tras rechazar afirmaciones históricas que se remontaban a varios siglos atrás, procedieron a declarar al estadounidense Wadlow como el hombre más alto «del que hay evidencias irrefutables».
Wadlow no nació como un gigante el 22 de febrero de 1918, pues aunque su peso era destacado para un recién nacido -3.85 kg, que equivalen a 8.47 libras-, su talla no era nada extraordinario.
Pese a que sus padres tenían una estatura normal, con el paso de los años, Robert empezó a estirarse y cuando apenas tenía cinco, ya llegaba a 1.63 metros y se veía obligado a emplear ropas que usaría un adolescente. El crecimiento desaforado continuó, y a los 8 dejaba detrás a su padre Harold F Wadlow, de 1.80 m.
Por supuesto que el estirón trajo consecuencias para su salud, pues con el tiempo llegaría a presentar problemas para caminar y tenía que emplear aparatos ortopédicos para las piernas y un bastón.
“Los médicos examinaron a Robert y se dieron cuenta de que su excepcional tamaño fue causado por una hiperplasia de la glándula pituitaria. Esta condición genera que exista un nivel anormalmente alto de la hormona de crecimiento y en el caso de Robert, nunca se le suministró ningún tratamiento para detenerlo”, detalla el reporte.
Según explica el sitio Infobae, “la posteridad se la otorgaron los centímetros que le sacó de ventaja a otros. El avance de la ciencia impide, ahora, que otros Roberts lleguen tan alto.La medicina ha logrado contener estos crecimientos desmesurados regulando el funcionamiento del cuerpo y en especial de la glándula pituitaria”.
El estadounidense falleció el 15 de julio de 1940, como consecuencia de “una ampolla séptica en su tobillo derecho causada por un aparato ortopédico que había sido mal ajustado solo una semana antes”.
Al fallecer, llegaba a los 2.72 metros, una estatura a la cual nadie ha llegado jamás.
