Nubia Fagot, una nicaragüense de 62 años radicada en Hialeah, se convirtió recientemente en millonaria al ganarse 5 millones de dólares con un raspadito de la Lotería de la Florida que, curiosamente, fue comprado por su esposo en una gasolinera Shell cercana a la avenida 87 del noroeste. Lo gracioso es que él se lo regaló “de bobería”… y resultó ser el billete ganador.
Aunque muchos habrían empacado y desaparecido del mapa, Nubia no. Asegura que no se va de Hialeah ni por todo el oro del mundo. Bueno, al menos no del todo: se mudó de apartamento, compró una casa, un carro, y —según chismearon los vecinos— «como tres camiones»; esta última decisión, una inversión muy segura, que si la saben aprovechar bien le reportará grandes dividendos.
Pero sigue siendo la misma de siempre, y a menudo se le ve comprando más raspaditos en la tienda de la esquina, como buena hialeahense.
“Yo me la encuentro todavía por aquí, ella y el esposo vienen cada rato”, comentó Margarita, la cajera del supermercado del barrio. “El hombre sigue igualito… eso sí, ahora llega tempranito”, añadió entre risas a las cámaras de Telemundo51.
El premio total fue de cinco millones, pero Nubia y su esposo optaron por el pago único de 3 262 138 dólares. Con eso, además de mudarse y asegurar el futuro de su hija con un apartamento propio, tuvieron un gesto que ha enternecido a muchos: le regalaron 100 dólares a un vecino. Nada de grandes fundaciones ni ruedas de prensa: un billetico de cien, directo y sin protocolo. Agradecimiento puro estilo cubano.
Y para los que aún sueñan con pegar el gordo, Nubia dejó un consejo de esos que vienen con la voz de la experiencia: “Que lo sigan intentando. No que se queden sin un quilo por raspar, pero que lo hagan”.
Así que ya saben: si pasan por Hialeah y ven una señora tranquila en chancletas con un raspadito en la mano y una sonrisa discreta, quizás estén viendo a Nubia… la millonaria más sencilla del barrio.
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