Más de un año ha pasado desde que comenzara la pesadilla llamada «pandemia». Durante todo ese tiempo muchas rutinas hemos incorporado a modo de prevención y supervivencia.
La pandemia generada por la propagación del Covid-19 ha sido un evento que ha marcado cambios importantes en el mundo actual. A solo poco más de un año de habernos sumergido en ese escenario, miramos hacia atrás y todo parece como sacado de un libro de ciencia ficción, pero tristemente es una situación más que real.
Pese a que con la aplicación de vacunas parece que cada vez nos acercamos más a la “normalidad”, o al menos a aquella vida que antes solíamos tener sin máscaras y tanto gel antibacterial, existen ciertos hábitos que ya incorporamos a modo de supervivencia, y que en largo tiempo nos costará abandonar.
Todos esperamos que las cosas vuelvan a ser como antes, pero la comunidad científica alerta de que ya nada volverá a ser igual, y que deberemos adaptarnos a una “nueva normalidad”.
Aquí algunos hábitos que llegaron para quedarse por un largo tiempo.
Distanciamiento social
El distanciamiento social fue una de las primeras estrategias que se puso en práctica para reducir el contacto cercano entre las personas y para frenar la propagación de la enfermedad.
Estas medidas incluyen limitar la reunión de grandes grupos de personas, cerrar edificios y cancelar eventos.
La distancia debe ser entre 1 y 2 metros. Para muchos, esta medida supone nos volvamos más fríos y ermitaños, pero según la comunidad científica es una de las vitales para ayudar a la contención.
Protocolos al llegar a casa
Ante esta situación un hábito que se hizo recurrente fue el del protocolo al ingresar a los hogares cuando se regresa de la calle.
En este sentido, para ayudar a reducir el riesgo de contagio del COVID-19, tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS) como el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) -y también la Agencia de Protección del Medio Ambiente de los Estados Unidos– sugieren el uso de productos domésticos como el cloro o las toallitas desinfectantes.
Dejar los zapatos fuera del hogar, hasta la desinfección de los productos del mercado, es algo que todavía muchos siguen aplicando en sus hogares.
Lavado de las manos
El frecuente y correcto lavado de manos se ha vuelto más vital que de costumbre. Dada la característica de propagación del virus, esta es una práctica primordial.
Uso de mascarillas
Antes de esta pesadilla, usar un tapabocas o barbijo casero, era visto como una forma de desconfianza. La persona que lo llevaba en el espacio público era vista con rareza y llegaba a generar una serie de dudas: ¿Estará enferma? ¿Será contagiosa? ¿Estoy frente a un paranoico?
De la noche a la mañana todo esto cambió, y en la medida que el coronavirus se expandió, la mascarilla llegó a ocupar nuestra cotidianidad y nuestra lista de accesorios imprescindibles.
Uso de gel antibacterial
Antes, los frascos de este producto podían llegar a caducar hasta en nuestros propios hogares. Desde 2020 (llegada de la pandemia) hasta la fecha, un frasco de gel antibacterial es más demandado posiblemente que uno de perfume Chanel.
Ya sea en la entrada de nuestra vivienda, en el trabajo, el auto o en la bolsa con la que vas a salir a pasear, el líquido no puede faltar para usarlo cuantas veces en el día sea necesario.
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