El servicio de la Guardia Costera de los EE.UU. continuó durante horas de la noche la búsqueda de nueve balseros cubanos que cayeron al mar el pasado lunes en horas de la noche, cuando la embarcación en la que viajaban zozobró a 26 millas de Cayo Hueso, presuntamente en medio de una fuerte marejada, vientos y lluvias, aparejados a la tormenta tropical Elsa.
Trece de los 22 balseros fueron rescatados el martes en la mañana, luego de ser avistados por un barco. El patrón de la embarcación hizo un pedido urgente de SOS a los guardacostas, e instantes después pudo sacar a dos de ellos del agua. Los otros balseros, fueron sacados de las turbulentas olas por la tripulación del cutter Thatis, perteneciente al servicio de Guardacostas anclado en Cayo Hueso.
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En medio de muchas dudas, por ejemplo, ¿cómo es que los balseros se aventuraron a salir de Cuba a pesar de los reiterados avisos sobre la trayectoria de la tormenta tropical Elsa?, más dudas aún tienen los familiares en Cuba. Las autoridades del servicio de la Guardia Costera no ha dado información pública precisa, y los familiares desde Cuba se desesperan por saber si sus seres queridos se encuentran entre los sobrevivientes, o si están en el listado de los nueve que no han sido encontrados.
El secretismo con el que se maneja esta información tiene a los familiares de los balseros cubanos que naufragaron cerca de Cayo Hueso desesperados; y piden que se haga pública la identidad de los rescatados con vida y de los nueve desaparecidos.
Los balseros salieron el 5 de julio, desde algún lugar del litoral norte de La Habana.
Más allá del desespero por salir de una situación económica asfixiante, más allá de la miseria, la crisis con alimentos y medicinas, se desconoce qué pudo impulsar a estos balseros a arriesgarse a una muerte segura – más allá del peligro de muerte que encierra el cruce del estrecho de la Florida en una maltrecha embarcación – saliendo a la mar en medio de los avisos por la llegada de la tormenta tropical Elsa.
Incertidumbre a un lado, lo que se sabe ahora es que los 22 balseros salieron desde algún punto del litoral norte de La Habana, en la mañana del lunes 5 de julio.
No se conocen detalles sobre la embarcación, pero esta debería presentar un muy buen estado técnico para estar, doce horas después, a unas 26 millas al sureste de Key West, cumplimentada ya la tercera parte de la travesía.
Sin embargo, justo allí, de improviso, la embarcación zozobró. Justo en el lugar por donde transitó el centro de la tormenta tropical Elsa horas después, pero lugar en el que ya se sentían, desde horas antes, los efectos de la lluvia y los vientos de la banda prefrontal del fenómeno.
Uno de los balseros es la joven Marlín Leliebre Riesco. Esta viajaba en el grupo de 22 balseros junto a su novio, identificado por la madre de ella como Yoel David. Ahora ella, desde La Habana, dice estar desesperada, pues no sabe si su hija está dentro de los 13 balseros rescatados, o entre los nueve desaparecidos.
En declaraciones a Telemundo51, la madre de Roger Márquez Díaz, otro de los balseros que viajaba en la embarcación, criticó el hecho de que los Guardacostas, – «más allá» del agradecimiento que sienten por haber salvado la vida de 13 de ellos – no den más información.
“Estoy desesperada por localizarlo y saber cómo está”, dijo la mujer; y a su reclamo se suma Yamilet, hermana de Sandra, otra de las jóvenes que viajaba en la embarcación que naufragó a solo unas millas de la libertad.
“Mi hermana está enferma e iba ahí. Le dan sangramientos, pero aun así ella se arriesgó”, dijo a Telemundo51 está última.
Desinformación, más que nada.
A simple vista resalta que el pedido es claro: información.
No piden mucho más, si bien todos asumen que o están vivos o están desaparecidos sus familiares y agradecen a los Guardacostas por el rescate y la búsqueda; pero están todos desesperados por saber el destino que le deparó el mar a sus seres queridos y desean que las autoridades de inmigración se sacudan el manto del secretismo, tan propio del régimen totalitario del que escaparon los balseros, y precisen la identidad de los desaparecidos y de los rescatados. O que al menos, a cada uno de los sobrevivientes les colaboren en llamar a sus seres queridos a Cuba.
Sin embargo, ni una cosa ni otra ha sucedido, y ahora los familiares han preparado hasta una lista que aspiran a hacer llegar a la Guardia Costera con los nombres de las personas que viajaban en la embarcación. Solo quieren, y aspiran, a que la Guardia Costera les confirme cuáles de esos nombres pertenecen a los trece rescatados.
Aunque parezca poco – marcar trece X en una lista – nada indica que lo harán.
Lo que sí harán, de seguro, es deportarlos a Cuba.
Mientras, su perfil en Twitter, y en la página web, no dice mucho más de lo que ya han dicho. Que rescataron el martes a 13 balseros cubanos que naufragaron cerca de los Cayos de Florida tras ser alertados por un buen samaritano, el patrón de la embarcación a motor Western Carmen; y que continúan en la búsqueda de los 9 desaparecidos, que según el testimonio de los sobrevivientes son siete hombre y dos mujeres.
Del resto no han dicho nada más. Por el momento.
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