Mientras millones de cubanos sufren la difícil realidad que significa vivir actualmente en la Isla, una realidad paralela acontecía dentro de las salas del Capitolio Nacional de La Habana.
Bebida, comida, humo de tabaco, música y ¡mucha luz! marcaron la Noche Intermedia del Festival del Habano 2025, un evento que cada año resuena con cifras millonarias, supuestamente destinadas al pueblo cubano, pero que en realidad se diluyen sin dejar rastro.
Este pasado 24 de febrero dio inicio la XXV edición del Festival del Habano, con un rimbombante plan de actividades “muy exclusivo”, que rindió homenaje a tres marcas icónicas del universo del Habano: Cohiba, H. Upmann y Romeo y Julieta.
Desde el sitio web oficial y las redes de Habanos SA, se podía ver como el programa habría incluido espacios de discusión como la Feria Comercial y el Seminario Internacional, junto a “emocionantes” visitas a las plantaciones y fábricas.
Muy de seguro, que los trabajadores en las mencionadas plantaciones y fábricas difícilmente hayan visto reflejadas en su vida las ganancias de estos eventos, mientras continúan percibiendo salarios miserables.
Desde el ámbito digital no tardaron cientos de usuarios en señalar cómo el Capitolio podía ser engalanado para unos pocos, convirtiéndose en escenario de una fastuosa celebración que el propio gobierno criticaría si ocurriera fuera del país.
Muchos fueron los comentarios donde se resaltaba la falta de empatía y el contraste entre el lujo del evento y la cruda realidad de los cubanos, quienes enfrentan prolongados cortes de luz, escasez de alimentos y una permanente desesperanza.
Por no mencionar, que la celebración se realizó apenas días después de la trágica muerte de un niño succionado por una alcantarilla en medio de una inundación, un suceso que desnudó la negligencia gubernamental y que agravó la indignación popular.
“Y tienen el descaro de subirlo, mientras el pueblo está en oscuridad y miseria. Patria y Vida”, “Cuba está vendida hace rato, lo que pasa es que al pueblo no le tocó tajada de ese pastel”, “Y los tabacaleros en Viñales cobrando 4 dólares al mes” fueron algunas de las críticas que se leyeron en redes sociales, reflejando el descontento generalizado.
Aún queda por realizar la Subasta Benéfica de Humidores, cuya recaudación se destinará a la Salud Pública cubana. El año pasado, el régimen anunció con orgullo haber recaudado 17.800.000 euros, una cifra que contrasta brutalmente con la profunda escasez que atraviesa el sistema de salud cubano, agravada por la emigración masiva de médicos y la falta de recursos básicos en hospitales y farmacias.