Fernando Bécquer no es revolucionario

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¡Está bueno ya de decir que Fernando Bécquer es revolucionario! ¡Está bueno ya, Tun Tun Fernández, de aludir a la Revolución para defender a su amigo, defenderse él y defender toda esa podredumbre!

No, Fernando Bécquer no es revolucionario. Ray Tun Tun tampoco lo es.

Ray Tun Tun Fernández, que ha sido uno de los primeros en enarbolar esa teoría farisea de «ataque coordinado contra los trovadores cubanos» miente. De la A a la Z.

No hay campaña alguna de desprestigio contra «trovadores», ni contra Tun Tun ni contra Fernando Bécquer.

Resulta lógico y se cae de la mata, que un trabajo como el de Mario Luis Reyes en El Estornudo no podía filtrarse así cómo así.

¿Cuántas personas lo conocían? ¿Desde cuándo estaba «casi» terminado el artículo?

Una de las cinco personas que ofreció su testimonio a Mario para su trabajo, le dijo a este redactor en marzo de este 2021 que a ella le parecía que Mario se estaba demorando mucho. El propio Mario, en Madrid, dijo a este redactor que estaba ya a punto de sacar un trabajo que iba a ser «una bomba», pero que faltaban unas cosillas de edición. Es probable que si el editor, Carlos Manuel Álvarez, hubiese apurado la mano, el texto pudo perfectamente haber visto la luz la semana pasada. O si se hubiese demorado más, la semana siguiente.

Digo todo esto, porque esa teoría que se han inventado de «la campaña de desprestigio contra trovadores» se desmorona por varias partes.

Un artículo en Periódico Cubano

El gestor de Periódico Cubano, cuyo nombre no divulgo por no estar autorizado a hacerlo, confirmó a este redactor que la historia del jamón robado en casa de un funcionario español en La Habana – «delito» al que alude Ray Tun Tun Fernández para decir que «todo ha sido planificado» hace rato se la habían propuesto, pero él había rechazado la historia porque «le faltaba algo que la completara.»

Según dijo vía telefónica, hoy, «la autora» de ese texto estuvo de casualidad en el Bar Pasillo, en La Habana, unos días antes del 29 de noviembre y coincidió allí con el Ray Tun Tun Fernández y Fernando Becquer.

«En la mesa en la cual ella estuvo se habló de los dos, y se mencionó lo de Javier Sotomayor – que no quiere a Ray Tun Tun en su Bar – y la historia del bonito robado por este a un pescador en Playa Baracoa.

Fue ahí que se decidió escribir la historia en base a lo que «la autora» había escuchado,» argumenta el director de Periódico Cubano.

De pura casualidad, porque así son las cosas, salió publicado el día antes que el texto de El Estornudo.

El director de Periodico Cubano confirmó también a este redactor que él ni conoce a Mario Luis Reyes ni tiene relación alguna con El Estornudo, ni con Carlos Manuel Álvarez, ni con ninguno de los redactores de ese medio.

Este último, por su parte, ha dicho hace apenas unos minutos, unas palabras muy reveladoras del estado de indefensión en que viven las mujeres en Cuba, y que desmorona la cantaleta en contra de El Estornudo, medio al que aluden como «no creíble» o «no merecedor» de haber publicado el texto.

«Según me dice Mario, explica Carlos Manuel, las dos primeras mujeres que decidieron denunciar (porque al principio había solo dos), creyeron que El Estornudo era el sitio idóneo para contar su historia (y ya habían contactado a la plana mayor oficial, Granma, JR, Cubadebate, sin recibir respuesta).

Ni el Granma, ni Juventud Rebelde, ni Cubadebate, decidieron publicar las denuncias. Tampoco hicieron acuse de respuesta.

«El reportaje lo publicamos el 8 de diciembre de 2021. Bien. ¿Ustedes saben qué día contactaron estas mujeres a Mario por primera vez? El 8 de diciembre de 2020. Un año exacto. (…)»

«Ha tomado meses, que es nuestra manera de corresponder y merecer la confianza impagable que estas mujeres valientes tuvieron en nosotros, y será también nuestra manera de corresponder y merecer a quienes se nos han acercado en las últimas cuarenta y ocho horas. Repito, el régimen no es contendiente ni referente moral de nadie que intente elevarse por encima del cotilleo rastrero de la realidad. Nuestro parámetros se guían por la mejor tradición periodística de Occidente, por los valores humanistas del oficio, y a esa altura no llega ningún totalitarismo conocido ni por conocer.»

El manoseado recurso de la «Revolución»

Resulta significativo que siempre, los defensores a ultranza de ese prostituido sistema cavernario que llaman «Revolución» acuden a ella para defenderse. Los ataques en respuesta a el texto de El Estornudo, van en dos direcciones. Una, que El Estornudo, como dice ese otro más que confundido Pedro J. Velázquez, uno de los chicos de los pañuelos rojos, » es pagado y comandado por el gobierno de Estados Unidos «

«No pasaré por alto que el medio en cuestión es pagado y comandado por el gobierno de Estados Unidos, aunque sean cubanos -la mayoría fuera del país- los que escriben en él. Su postor principal es la NED, organización cuyos intereses injerencistas ni la Wikipedia puede esconder,» esgrime Pedro J. en contra de El Estornudo, en su obsesionada creencia que todos los medios independientes que abordan la realidad en la isla son pagados por el gobierno de los Estados Unidos, en un desafortunado artículo que, pareciera en un inicio que iba a defender las mujeres violentadas, y termina legitimando el abuso contra ellas.

En lo personal, no pudiera decir ahora mismo cuál es la fuente mediante la cual se sostiene económicamente El Estornudo, pero puedo dar fe de la entereza tanto de Carlos Manuel Álvarez y de Abraham Jiménez Enoa, sus dos fundadores principales, así como varios miembros del equipo de trabajo, y estoy más que seguro – como lo están muchos – que el gobierno de los EE.UU. no tiene nada que ver en la publicación de este texto.

Como ex trabajador en Cibercuba Noticias, otro medio independiente que fue señalado como «financiado por los EE.UU.» por parte de Pedro J. Velázquez la semana pasada, puedo dar fe que Cibercuba se sostiene por la publicidad, Google Adsense y Facebook Instant Article. Su posicionamiento en la web garantiza ingresos más que decentes para poder permitirse el lujo de subsistir en el complicado medio digital y pagar periodistas, en su roster, como Wilfredo Cancio, Carlos Cabrera Pérez y Mónica Baró, por solo citar tres.

Esto se conoce, pero a conveniencia se omite por quienes desde la isla ven la mano del gobierno de los Estados Unidos en cada letra de artículo que se escribe sobre Cuba en estos medios que, lo que sí está comprobado por ellos, es que no siguen pautas del gobierno de Díaz-Canel, o en última instancia de Rogelio Polanco, personaje al frente del Departamento Ideológico del Comité Central del Partido Comunista de Cuba.

«Lo que salga de ahí – dice Pedro J. Velázquez en contra del Estornudo, tiene la misma intención que Biden: acabar con la Revolución.» agrega además este joven que salió a la manigua digital a tirar fogonazos a todos lados, matando lo mismo perdices que cocodrilos, preocupándole menos el drama de las cinco víctimas, y preocupándole más el hecho de que haya sido un medio independiente el que haya publicado la historia, y no un medio oficial.

¡Así de mal va él, el periodismo oficialista cubano, y todos los que aún escriben allá en la isla, manejados por hilos tan visibles o invisibles, como la autocensura!

Al conocerse de las palabras pronunciadas por Fernando Bécquer ayer en su «defensa» al decir que él no cree lo que dicen esas cinco mujeres sobre él, pues él «cree en la Revolución», el propio Carlos Manuel Álvarez, editor de El Estornudo, volvió sobre la teoría del «socialismo» o la «revolución» manoseada como trapo de cocina por estas personas – no son las únicas – que acuden al atrincheramiento detrás del término para defenser sus torpezas y discursos sin maniqueos.

Fernando Bécquer no es revolucionario.Tampoco Ray Tun Tun lo es.

Si Ray Tun Tun Fernández fuese «revolucionario» como dice ser, en algún momento de los muchos que visitó al pintor cubano Michel Mirabal en su casa para comer y beber y «descargar» se hubiese unido a este en alguno de sus muchos proyectos comunitarios o para patrocinar o ayudar a Mirabal económicamente en los hogares de niños sin amparo filial que el pintor gestiona.

Se sabe, ya se ha dicho aquí mismo, que Ray Tun Tun Fernández siempre ha eludido colaborar en ellos. O como diría una fuente cercana al pintor:

«Ray, jamás ha dado un centavo para ayudar a esos niños.»

Fernando Bécquer no es revolucionario. Si lo fuera, un día X, cualquiera, obligara a su madre – aunque en teoría los ingresos de la casa de renta al turismo que tienen en La Habana lo disfrutan los dos – «Vieja, yo creo que con este dinero, podemos vivir el resto del mes; este otro, vamos a comprar cosas en la tienda y repartirlo en algún barrio pobre de La Habana.» O donase, como hizo por ejemplo la cantautora Haydée Milanés, parte del dinero recaudado en uno de sus conciertos a una causa activista. O como hizo Silvio Rodríguez en Madrid, recientemente, que donó íntegramente el dinero para la compra de medicamentos para la isla.

Que se sepa y conozca, Fernando Bécquer jamás ha donado un centavo a una causa activista o humanitaria. O al menos quien les escribe, no lo ha visto, y colabora desde hace muchísimos años en ayudas a la isla y su nombre jamás ha estado en un listado.

Fernando Bécquer no es revolucionario. Es tan solo una persona hábil y lista que sabe, – él y muchos de quienes lo defienden aludiendo a la «Revolución» – que escudándose en ella, puede encontrar oídos incautos que le hagan el coro.

Fernando Bécquer no es revolucionario ni honesto. Bastan los testimonios de esas cinco mujeres – alrededor de veinte más ha dicho Mónica Baró Sánchez ayer que han salido a la luz y quieren dar su testimonio sobre la violencia, violación y abusos recibidos por parte de él – para saber que no lo es.

Fernando Bécquer no es revolucionario. No. Tampoco lo es Tun Tun Fernández.

Revolucionario y humano es el gesto que realizan, sin cobrar un centavo, utilizando buena parte de su tiempo libre, activistas como Masiel Rubio, Patricia Cepeda y Cris Álvarez en Madrid (por solo citar 3 nombres del llamado «CDR»), o Amalia Barrera y Salomé García Bacallao, en Valencia, en el acopio y envío de medicamentos a Cuba. Han logrado enviar, bulto a bulto, como equipaje acompañado junto con viajeros, cerca de 4 toneladas de medicamentos.

Revolucionario es el gesto de Mabel Cuesta, que desde Miami junto a muchas otras personas realiza igual labor desde el mes de abril – tal vez mayo, tal vez antes – en la entrega en Matanzas de medicinas y alimentos, primero; y luego en toda Cuba, después.

No, y lo afirmo según lo veo. Fernando Bécquer es un presunto abusador sexual. Revolucionario jamás.

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