La madre de la doctora fallecida es militante del PCC y está muy decepcionada con el trato dado a su hija.
La madre de una doctora fallecida en Santiago de Cuba tras haberse contagiado con el virus del SARS-COV-2 dijo que a su hija «la echaron en un nylon negro».
Según la madre de la doctora fallecida e identificada como Rosa Rosales -Cila Domínguez Díaz, a la doctora le practicaron una autopsia sin avisarle a ella. De igual modo Cila revela que nunca le notificaron el fallecimiento de su hija; y expresa además que encontrándose Rosa en estado grave fue llevada a un Centro de Aislamiento.
Con 74 años de edad, Cila narra en un audio al que tuvo acceso Cibercuba Noticias que su hija, doctora en Estomatología, se encontraba trabajando en la campaña de vacunación de Abdala cuando se contagió con el coronavirus. Su deceso se produjo el pasado 26 de junio en el hospital provincial Ambrosio Grillo, de Santiago de Cuba.
La madre de la doctora refiere que a su hija la dejaron morir; habla de «neglicencia médica» y con sumo dolor revela que «la metieron en un nylon negro».
El audio corresponde a una llamada que hizo Cila a un teléfono de Salud Pública, en la cual se queja del trato dado a su hija. En él, a Cila se le escucha decir que ella se enteró de que su hija había muerto cuando fue a llevarle un poco de sopa. Cuando preguntó «a qué hora había fallecido», ni siquiera eso pudieron decirle.
«No me gustaría tirar esto en Facebook porque es bochornoso que haya tanto descuido con los pacientes», aclara Cila Domínguez.
«Mi hija con vómitos, con falta de aire… En el policlínico municipal le pusieron un poquito de oxígeno y un suero. Ella tenía diarreas. Allí se cayó y se dio golpes en la cabeza. Desde por la mañana la tuvieron que la iban a buscar dos guaguas, de esas que recogen pacientes en la calle. Se pasearon por allí dos veces vacías y decían que no venían y aquello estaba lleno de pacientes. Cuando se llevaron a mi hija, casi a las cinco de la tarde, en esas condiciones para la Escuela de Arte, la mezclaron ahí. Directamente tenían que habérsela llevado para un hospital y atenderla. No lo hicieron», denunció la mujer.
«La pusieron en la sala D, cama 9. De ahí la trasladaron para sala G, cama 23 y no le pusieron suero. Mi hijo tuvo una entrevista con el médico y la trasladaron para sala L cama 17 y le dijeron a mi hijo que ella estaba perdiendo ‘nociones’. La última palabra que yo tuve con mi hija, me dijo: ‘Mami, saca fuerzas’. Ya mi hija no podía».
La dolida madre de la doctora fallecida es militante del Partido Comunista de Cuba, además de una jubilada del sector de la Salud.
Ni para ella, ni para su hija, hubo por parte de la «potencia médica» un trato más digno.
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