Cuba se encuentra en plena “crisis humanitaria” y cada vez más cerca de la “implosión”, afirmó a Efe el prestigioso economista cubano Juan Carlos Albizu-Campos.
Para el también demógrafo, “la insistencia en reformar lo irreformable ha erosionado el metabolismo del sistema y lo está llevando a un punto de no retorno”, por lo que “el modelo es su propio obstáculo”.
El alza de la pobreza infantil y la mortalidad materna, la caída de la esperanza de vida o el repunte de los embarazos entre adolescentes son algunas de las razones por las que Albizu-Campos considera que la isla va “cuesta abajo y sin frenos”, como dirían los propios cubanos.
El autor de un estudio que estima que Cuba perdió un 18% de su población en los dos últimos años, debido fundamentalmente a la migración, asegura que “hay una situación de emergencia que está más allá de una emergencia sanitaria”: se trata de una “crisis humanitaria”.
De acuerdo con la citada agencia, este experto del Centro Cristiano de Reflexión y Diálogo ve tan “grave” la situación que cree que el país se aproxima al punto de implosión”.
Desde la óptica de Albizu-Campos, que Cuba tenga unos dos millones de habitantes menos que en 2022 evidencia que se enfrenta a una “crisis de refugiados”.
📊1/6 Para el cierre de 2023, la cifra de habitantes en Cuba con residencia efectiva fue de 10 millones 055 mil 968, así lo expuso @JuanCarlosAFF, Vicejefe de la #ONEI, ante la Asamblea Nacional del Poder Popular en su Tercer Período Ordinario de Sesiones de la X Legislatura🧵👇🏻 pic.twitter.com/6ErQ394pCE
— Oficina Nacional de Estadística e Información Cuba (@CubaONEI) July 19, 2024
Al respecto, el pasado viernes, Juan Carlos Alfonso, vicejefe primero de la Oficina Nacional de Estadística e Información, admitió que entre 2020 y 2023 se redujo en un 10% el número de residentes en la isla, que actualmente es de “menos de diez millones”.
En otro informe publicado este año junto al investigador Sergio Díaz-Briquets para la Universidad Internacional de Florida, Albizu-Campos describe la “tormenta” que vive Cuba y que resume como una “policrisis”.
Precisamente, la “cascada de crisis que se superponen y actúan de forma combinada” ha hecho que la isla sea el país que más ha retrocedido en el Índice de Desarrollo Humano del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo.
No se puede olvidar que en los últimos años los problemas estructurales de la economía cubana, se han visto empeorados por la pandemia, el endurecimiento de las sanciones de Estados Unidas y las erróneas políticas que ha tomado el Gobierno.
La escasez de productos básicos, los constantes apagones diarios, una inflación galopante y un éxodo migratorio sin precedentes dibujan un panorama que se traduce en cifras nada halagueñas, que muestran una brecha cada vez más grande entre blancos y no blancos.
Como botón de muestra, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia reconoció hace poco que el 9% de los niños en Cuba vive en condiciones de pobreza alimentaria grave, o sea, que solo disponen de uno o dos de los ocho alimentos esenciales para una vida saludable.
Además, en la década de 2011 a 2021 la esperanza de vida de los cubanos disminuyó siete años; la mortalidad materna subió hasta los niveles que tuvo en los años 30; subió a un 18% el índice de embarazos adolescentes; y la mortalidad infantil, que no superó los 4 por mil entre 2013 y 2018, es de más de 7 por mil.





