Una joven de 18 años nativa de Alabama pero estudiante universitaria en la Florida, sobrevivió a la caída de un rayo justo sobre ella, el primer día de clases.
Emma Eggler estaba a punto de asistir a su clase de primaria en la Universidad de West Florida (UWF) como estudiante de primer año, el lunes, cuando fue alcanzada por un rayo.
Lo que suponía sería una caminata normal a clases se convirtió en un traslado e ingreso a un hospital. La joven cree que tiene mucha suerte de poder estar viva, y dice que hasta los médicos le sugirieron que comprara un billete en la Lotto.
“Muchos médicos me dijeron que debería comprar un billete de lotería porque tenía suerte”, dijo la joven.
La estudiante universitaria de la Florida dice que el rayo «entró en su pecho», sin que ella se diera cuenta. Lo siguiente que notó fue que su cuerpo estaba extendido a lo largo en la acera sobre el pavimento de concreto cuando «despertó».
“No sentí nada, en absoluto”, recordó la joven estudiante universitaria.
Dijo también que su camisa estaba rota por la mitad, junto con partes de la tela derretidas y otras arrugadas.
“Mi camisa estaba como completamente abierta, debido al rayo que las derritió”, dijo la jovencita.
Según cuenta esta joven estdiante universitaria de la Florida, la onda de choque del rayo viajó al lado izquierdo de su cuerpo; hizo que su reloj explotara y le quemara la muñeca.
Esto no fue todo. El rayo continuó bajando por su cuerpo, que se convirtió en una especie de pararrayos y terminó saliendo por su pie, no sin antes hacerle un hueco a la media y a las zapatillas.
La joven cuenta que, ya más despierta logró quitarse la mochila que llevaba a su espalda, pero nada más.
“Pude quitarme la mochila”, recordó Eggler. “Pero no podía sentir mis piernas en absoluto, y tenía miedo de estar paralizado, y realmente estaba en pánico”.
La jovene estudiante universitaria fue llevada al Hospital de Pensacola, en la Florida, y luego fue trasladada al Hospital de la Universidad de Alabama en Birmingham, su hogar materno, donde estuvo cerca de sus padres.
“Definitivamente sentimos que Dios hizo un milagro con ella”, dijo la madre de Eggler, Erin. “Esa es la única explicación de por qué todavía está con nosotros”.
Y es que los médicos todavía no logra explicarse cómo es que el rayo no le paralizó el corazón.
Sin dudas, la joven nació de nuevo ese día, y ahora, ya de alta, no solo ha recuperado el movimiento de sus piernas sino que ansia cuanto antes, volver a la Universidad para, por fin, asistir a su verdadero primer día de clases.
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