El próximo enero, la dirección del estadio de béisbol Julio Antonio Mella, de la oriental provincia de Las Tunas planifica cobrar exclusivamente en Moneda Libremente Convertible (MLC) un palco con mejores comodidades que el resto. Aún no se precisa el monto específico.
«Se va a preparar y se va a engalanar un palco en la tercera planta, con un mejor confort, y cuando las personas efectúen el pago del costo de ese palco, entonces ya pueden entrar al mismo y siempre va a haber una diferencia, por supuesto, con respecto a los otros palcos», declaró Yor Luis Torres, director de la instalación deportiva, con el supuesto objetivo de invertir lo recaudado en mejoras estructurales de las instalaciones del estadio.
Sin especificar las singularidades que tendrá este palco de acceso limitado solo para quienes dispongan de tarjetas en MLC, el funcionario explicó a medios oficiales de la Isla que «se está trabajando inclusive hasta con los mismos compañeros del turismo, porque con el confort que va a quedar el palco allá arriba, se puede cobrar en ambas monedas. Se está trabajando con los compañeros de finanzas, pero ya le decimos que vamos a ver un estadio en estas dos estructuras que se van a hacer, de primer nivel».
El estadio Julio Antonio Mella se encuentra en este momento en fase de restauración, que concluirá oficialmente el 22 de enero de 2022, aunque recientemente se han realizado juegos del equipo local contra las novenas de Camagüey y Holguín.
Sobre el valor de la entrada en la degradada Moneda Nacional, al resto de las otras gradas del estadio, Torres no precisó si se mantendrá igual o si subirá. Solo explicó que “se hizo una primera oferta en moneda nacional que solamente aumentaba uno o dos pesos, pero los compañeros de finanzas están haciendo reajustes junto con los del INDER. Todavía no se ha oficializado cuánto va a ser el costo».
En 2019, periodistas de medios oficiales denunciaron que las malas condiciones en que debían cubrir los eventos de béisbol ven el estadio Julio Antonio Mella eran “tan malas como nunca antes en la historia”, luego de haberse emprendido unas remodelaciones que obligaron a estos reporteros a trabajar en un área cerca del home sin siquiera contar con la malla de seguridad que los protegiera de las pelotas.
”El baño del segundo nivel del edificio detrás del home no tiene agua, ni lavamanos en servicio, lo que genera una situación penosa. La prensa ha sido la gran perdedora. Y quizás hasta nos merezcamos eso, por desunidos y tolerantes», dijo entonces Albert Blanco Zayas, reportero de la emisora Radio Victoria, señalando que tales inversiones solo fueron acometidas solo «para acomodar a invitados y directivos de entidades y organismos».
