El cuerpo sin vida de Yosvany Villar Ávila, de 14 años, fue hallado por la policía en áreas del habanero barrio Loma de Chaple, ubicado entre Santos Suárez y La Víbora, tras más de un año desaparecido, y un proceso investigativo marcado por la irregularidad y la dejadez, según ha testimoniado varias veces la madre del menor Airovis Ávila Pérez a medios independientes cubanos.
Hoy Airovis recogerá el cuerpo de su hijo, para velarlo y cremarlo. El homicida responde al nombre de “Ariel”, ha confesado en la cárcel, donde permanecía acusado por intento de violación de otro menor de edad en la zona de La Loma del Burro, en la barriada de Luyanó, donde residía Yosvany con su madre y sus seis hermanos menores.
Dos de estos niños, gemelos, nacieron apenas un mes antes de su desaparición. Las complicaciones de salud de uno de los bebés por bajo peso al nacer, provocaron que recibiera el alta el 8 de diciembre de 2020, solo tres días antes de la desaparición de Yosvany, el 11.
Ariel, de 29 años, sin que se revelen sus apellidos aun, es la última persona en cuya compañía se vio a Yosvany antes de desaparecer.
El jueves pasado sus familiares fueron citados a la estación de 100 y Aldabó para conocer “algunas novedades” en la investigación del crimen por el que ya estaba acusado, al que se le suma ahora el asesinato de Yosvany.
Airovis había declarado a 14 y Medio que el “día que él salió de aquí y no volvió estaba en la esquina de mi casa hablando con un hombre que casi siempre estaba velando que yo no estuviera para venir y llevárselo a dar una vuelta».
En otro momento se refirió a él como el “muchacho ese que siempre estaba buscando a Yosvanito”. Finalmente había aseverado: “Sí, fue Ariel, nosotras las madres nos equivocamos poco”.
Cuando conoció desde hace meses de la acusación de violación del sujeto, Airovis acudió a las autoridades. “Se lo conté al jefe de Atención a Menores desde el primer momento, pero me dijo que no podía sospechar de ese hombre si no había pruebas”, comentó, quien ha debido sobrellevar su vida con tratamientos farmacológicos, y llegó a intentar suicidarse dos veces ante la desesperación.
Esta es una de las tantas actitudes erráticas de las autoridades policiales con que Airovis se encontró durante todo el proceso, que inicialmente fue de alrededor de solo una semana, según sus declaraciones, pues se detuvieron abruptamente “porque no había combustible”, según contó la madre a 14 y Medio, y ya la llamarían cuando aparecieran las “novedades” que demoraron largos meses.
La respuesta más común a sus reclamos era que “se está trabajando, pero hay que esperar”, según comentó Airovis.
“A mí lo que me extraña es que en Cuba una madre tenga que esperar tanto tiempo a que su niño aparezca”, se lamentó poco tiempo antes de la nefasta noticia del hallazgo del cuerpo.
Ante la difusión de su caso en las redes sociales, en pos de posibles nuevas pistas o testimonios, Airovis fue compelida por la policía a no subir más fotos de su hijo a estas plataformas, explicándole que “sirven a los enemigos de la Revolución para hacer campañas de difamación y dañar la imagen del país”, según refirió la revista People en Español.
Las demoras llevaron a la madre a interponer una queja en la oficina de Atención a la Ciudadanía de la Plaza de la Revolución, dependencia del Consejo de Estado y de Ministros del gobierno, cuya respuesta vino cuatro meses después en la forma de un funcionario que la visitó, con otra advertencia oficial.
“Vino un hombre en una moto, me dijo que no podía tener una queja abierta, que yo debía poner en un papel que estaba conforme con lo que se está haciendo con el caso”, describió la mujer.
Ante la inminencia anunciada del cierre del expediente tras el paso de un año de gestiones infructuosas, Airovis interpeló el pasado 6 de enero, Día de Reyes, al gobernante Miguel Díaz-Canel en Twitter: “Tengo un niño perdido hace un año y quiero que mi presidente me ayude a buscarlo, por favor ayúdeme”, escribió en la red social. En octubre pasado, Yosvany hubiera cumplido 15 años.
