Exactamente igual a como ocurrió el año pasado, a días de recibir el 2023, el gobierno de Cuba anunció que no ha podido comprar la materia prima necesaria para paliar la escasez de libreta de abastecimiento en todo el país.
Una breve nota de prensa del Ministerio del Comercio Interior informó que “debido a las limitaciones financieras en la industria que provocaron atrasos en la importación de materia prima”, no ha sido posible la confección y entrega oportuna de la libreta en varias provincias.
La afectación más grave la sufrirán los territorios de Artemisa, Mayabeque, Matanzas, Villa Clara, Cienfuegos, Sancti Spíritus, Ciego de Ávila, Camagüey, Las Tunas, Holguín, Granma, Guantánamo y la Isla de la Juventud; mientras que será de forma parcial en Pinar del Río, La Habana y Santiago de Cuba.
Para hacer frente al problema, el Mincin decidió permitir que los ciudadanos compren la canasta familiar normada de los meses de enero y febrero con la libreta de abastecimiento del año 2022, aunque avisó que sería una medida de carácter temporal.
“La anotación de los productos secos, cárnicos y leche de la canasta familiar normada, se realizará en la página 11 casilla derecha, reflejando el nombre del producto en la columna cantidad y en la columna fecha la cantidad del producto que se recibe por el total de consumidores del núcleo”, dice la nota.
El pan se marcará por cantidad y fecha en la página 19, mientras que el combustible y las dietas médicas se anotará, en la misma hoja 2, aclarando el mes y año.
Una vez entregadas las libretas de 2023, los “bodegueros” y dependientes de tiendas minoristas deberán actualizar las anotaciones correspondientes al año en curso de las ventas realizadas anteriormente, antes del 30 de marzo.
Si bien está claro que para imprimir y confeccionar las cartillas de racionamiento se requiere al menos tinta, papel, cartón y presillas de metal, esta última nota -muy similar a la de las navidades de 2021- tampoco precisa cuáles recursos deben ser adquiridos en el extranjero para confeccionarlas.
