La moneda libremente convertible (MLC) experimentó una notable subida de precio de 10 puntos porcentuales en relación con el peso cubano en el mercado informal de divisas de la isla, y ahora se vende por 110 CUP.
El MLC cotizaba a finales de enero por debajo del valor del dólar estadounidense en el tipo de cambio frente al peso cubano, pero un aparente aumento de precios en las tiendas que sólo venden productos en esa moneda podrían estar causando su apreciación.
La moneda libremente convertible es un tipo de dólar bancario cuyo valor es equivalente al del USD creado por el gobierno cubano para recaudar divisas proveniente de las remesas y para evitar la fuga de capitales en manos de comerciantes privados que salen de compras al extranjero.
Sólo sirve para comprar en tiendas e instituciones donde se paga exclusivamente con tarjetas magnéticas vinculadas a cuentas bancarias en divisas, lo que ha provocado una creciente dolarización de la economía cubana y ha acrecentado las diferencias sociales en la isla, en detrimento de quienes reciben sus sueldos en pesos.
La iniciativa de abrir establecimientos que venden en esa moneda es de “carácter transitorio” según las autoridades, aunque su expansión ha recibido críticas de amplios sectores sociales y de la mayoría de los economistas cubanos.
En febrero pasado el ministro de Economía y Planificación cubano, Alejandro Gil, declaró que la apertura de más tiendas en MLC es “una medida de justicia social” aunque “muchos no lo vean así”.
En una entrevista a la Agencia Cubana de Noticias, Gil afirmó que parte del dinero recaudado por esos establecimientos permiten el aprovisionamiento de la red comercial en pesos cubanos.
El titular del MEP afirmó que “de no haber existido las tiendas en monedas libremente convertibles la situación económica del país sería más compleja aún, y también mucho menos las ventas en pesos de bienes y servicios a la población, dado el alto desabastecimiento de la red comercial”.
Lo cierto es que la depreciación del peso cubano respecto al MLC en el Forex informal de la isla genera más inflación y disminuye el poder adquisitivo de los trabajadores y pensionados, que se ven obligados a cambiar sus salarios para adquirir unos pocos productos en ese tipo de tiendas.
