La historia de Osvaldo Roque de Arana es un recordatorio de que la edad no es una barrera cuando se mantiene un estilo de vida saludable y activo.
Osvaldo Roque de Arana, un cubano de 58 años, ha saltado a la fama dentro y fuera de su tierra como el «practicante de parkour más antiguo del país», tal y como lo aclaman los expertos del deporte local.
En junio, tenía 33 mil seguidores en Instagram, pero hoy Osvaldo Roque de Arana tiene más de 50 mil seguidores en esa red social.
Es practicante del parkour, una disciplina física distintiva originada en Francia en la década de 1980, que gira en torno al arte de sortear eficientemente obstáculos ambientales naturales mediante una serie de hábiles maniobras o piruetas.
Desafiando la edad y el escepticismo, Osvaldo se ha convertido en un símbolo de inspiración para entusiastas de todas las edades. Aunque inicialmente tuvo dudas debido a su edad, su familia le brinda un apoyo incondicional en su búsqueda de este deporte físicamente exigente.
«La edad no es el límite principal porque si te mantienes en perfectas condiciones, es decir, haciendo deporte, llevando una vida sana, no bebiendo en exceso, no fumando, me parece que este tipo de estilo de vida me puede beneficiar mucho,» dijo Osvaldo Roque de Arana para Xinhua TV.
La dedicación de Osvaldo al parkour ha asombrado a miles de usuarios de Internet y transeúntes con su notable fuerza y agilidad. Considera que los desafíos que enfrenta en el parkour son oportunidades para poner a prueba continuamente sus límites.
«Me siento libre de superar las barreras como la barandilla. Es bueno desafiarme a mí mismo todo el tiempo. Es como buscar un equilibrio entre los obstáculos y la libertad,» añadió.
Osvaldo, que inició su andadura en el parkour hace apenas siete meses, es totalmente autodidacta y aprende a través de vídeos y lectura. Su destreza le ha valido consolidar su estatus como «influencer» para muchos.
Su búsqueda del parkour es un testimonio del poder de la determinación y la voluntad de desafiar las expectativas convencionales. A pesar de las reservas iniciales, la familia de Osvaldo se ha unido a él para abrazar su pasión.
Sobre las caídas en ese deporte dice:
«Aunque pueda caer una y otra vez, nunca me cansaré de intentarlo de nuevo», dijo en otra entrevista que le hicieron
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