Las numerosas críticas y burlas que generó el reciente tuit donde Lis Cuesta calificaba de “dictador de mi corazón” a su esposo, el mandatario cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez, generó una rápida contra iniciativa de partidarios del gobierno de la isla, que busca viralizar en las redes sociales un “challenge” o reto identificado con el hashtag #DictadorChallenge.
Esta operación del #DictadorChallenge es una clásico “wash” o lavado de imagen, que siempre busca limpiar de carga negativa a una personalidad, una organización o un acontecimiento. En este caso la imagen de Lis Cuesta, quien desde que se estrenó en Twitter ha protagonizado las más recientes olas de memes, sumando sus tuits disímiles críticas directas.
Mucho antes, Cuesta ya era criticada por sus gustos sobre moda, su inclinación a los eventos culinarios, sus vestidos, calzados y accesorios de miles de dólares y por organizar el recién concluido concurso y festival San Remo Music Awards, de cuya primera línea fue retirada luego de la ofensiva que llevó a los invitados más relevantes del evento a cancelar su participación.
Organizaciones oficiales como la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) se han sumado a la promoción del reto, concatenándolo con la campaña #VamosConTodo, lanzada recientemente para contrarrestar la viralización de #SOSCuba.
Otros hashtags colaterales del presente challenge son #TeMolestaMiAmor y #AmayRevolucionate. Varios jóvenes defensores del gobierno suman fotos de sus parejas, contribuyendo a rejuvenecer el rostro del oficialismo cubano.
Opositores ya emplean el hashtag para criticar al gobierno, y lo acompañan con fotos del fallecido Fidel Castro, de su hermano Raúl y del propio Díaz-Canel, calificándolos de dictadores. Complementan el hashtag #DictadorChallenge con #EnCubaHayUnaDictadura y #SOSCuba. La batalla por las redes continúa.
