Los residentes de Caimito, en la provincia de Artemisa, están conmocionados tras el hallazgo de un cuerpo brutalmente asesinado, según dio a conocer en sus redes sociales el activista Niover Licea.
Eddy Martínez, reportado como desaparecido por casi 20 días, fue encontrado descuartizado dentro de un maletín y enterrado en el patio de una vivienda en Artemisa.
Tres personas cercanas a la víctima, incluida su hijastra Anilaidy Fonseca, su hija de 17 años y la pareja actual de Fonseca, fueron arrestadas mientras se investiga su posible relación con el crimen.
La página de Facebook «Desaparecidos dentro de Cuba. Somos tu voz», indica en una publicación, que el motivo del asesinato pudo haber sido el robo, aunque aun no se han emitido informes oficiales sobre el caso.
Sin embargo, más detalles arrojó sobre el caso el activista Niover Licea, a partir de fuentes primarias, cercanas a la víctima y su entorno familiar, que no han podido ser contrastadas del todo.
En dos publicaciones distintas hechas en su cuenta de TikTok, donde Licea cuenta con más de 250 mil seguidores, y republicadas luego en su cuenta de Instagram, el activista y comunicador señalaba que habría sido una disputa por un refrigerador, lo que desencadenó la violencia en la casa, que culminó con la muerte de Díaz en Artemisa.
Llama la atención en este caso un patrón que parece estarse repitiendo en crímenes acontecidos hacia el interior del país y es este: el enterramiento de las víctimas en los límites de las propiedades de los víctimarios.
Así sucedió en la propia provincia de Artemisa con Jorge López, conocido localmente como Pepín, cuya osamenta fue encontrada enterrada debajo del closet de su propia vivienda, la que compartía con esposa y dos hijos.
Pepín había salido de la casa y desaparecido hacía 21 años, según la narración hecha entonces por su propio victimario, uno de sus hijos, quien presuntamente al ser militante del PCC y colaborador internacionalista, no se puso en tela de dudas su testimonio.
El hallazgo fue fortuito, pues la casa fue vendida, y el nuevo propietario, al hacer la remodelación, encontró los huesos y llamó a la policía.
Asi hizo también el victimario de la cubana Yamilet de Jesús Domínguez Torres, quien fue reportada como desaparecida el pasado 24 de noviembre en el municipio Banes, provincia de Holguín, y cuyo cuerpo fue encontrado enterrado en su propia vivienda el 14 de diciembre.
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Así se presume también que sucedió con el querido anciano residente en el poblado de Aguacate, en Mayabeque, Ruperto de Armas, quien se encuentra desaparecido de su hogar desde el pasado 12 de diciembre.
Un presunto sospechoso, un individuo conocido como “Tony El Majá” fue arrestado e investigado, pero nada en claro le sacaron en la unidad policial.
Según las sospechas, «Tony el Majá», esposa y familia, vivían con Ruperto, quien gustosamente accedió a darles espacio dentro de su casa. Sin embargo, la denunciante que ofreció testimonio a este redactor bajo anonimato, dijo que desde entonces la dinámica dentro del hogar se tornó en lo que ella calificó como una «relación complicada».
Según la familia de la propia víctima, Ruperto sufría maltratos, era obligado a dormir en el suelo y amenazado. Días antes de su desaparición, discutió con ellos y amenazó con cambiar su testamento.
Aunque las autoridades investigan, la familia ha expresado frustración por la falta de avances en el caso. “Tony El Majá” es el principal sospechoso, pero aún no se han tomado decisiones concretas en la investigación y el comentario es que «lo enterraron».
«Trajeron los perros, que olfatearon la propiedad, pero después se fueron,» dijo la fuente.
Sin embargo, así mismo sucedió con Yamilet de Jesús en Holguín. La técnica canina no encontró nada, y solo un acucioso trabajo investigativo policial, dada la presión ejercida en el caso, logró finalmente encontrar su cuerpo.