En Cuba el término “vaca sagrada” se utiliza para aludir a personas intocables, ya sea por su poder, posición o contactos dentro de las estructuras del partido o el gobierno, pero hace 40 años uno de esos rumiantes se convirtió, literalmente, en orgullo nacional y la criatura más mimada por Fidel Castro.
Ubre Blanca, como se llamó a aquella vaca que nació del cruce entre un toro Holstein y una Cebú, consiguió el récord Guinness tras producir 109,5 litros de leche en un día y arrebatar el título nada más y nada menos que a una vaca estadounidense.
Desde una finca ubicada en la localidad de La Victoria, en el municipio especial Isla de la Juventud, la rumiante había ocupado titulares en la prensa estatal y los cubanos seguían sus marcas como si se tratase de un atleta olímpico.
Para Fidel, aquella vaca se convirtió en una obsesión, la prueba de que sus planes de desarrollar una raza vacuna “superior”, más resistente y productiva por medio de la tecnología de entrecruzamientos genéticos estaba arrojando frutos.
La visitó en varias ocasiones, y en una de esas incluso advirtió que a Ubre Blanca no podía darle ni catarro, lo que metió una tremenda presión a sus cuidadores y al médico veterinario del lugar.
Desde inicios de 1981, la ordeñaban cada seis horas y reportaban la cantidad de leche obtenida a los asistentes de Fidel, quien se refirió al animal en algunos de sus largos discursos.
Las órdenes de Castro eran incuestionables, por lo que su “vaca sagrada” recibió las mejores atenciones. Tomaba diariamente 130 litros de agua, cerca de 80 kg de forraje y miel. Sus cuidadores a veces le ponían radio mientras la ordeñaban.
Entró al Libro de Récords Guinness también por su producción lechera en 305 días: 24.268,9 litros, a finales de febrero de 1982.
Dos años más tarde fue sacrificada, y el diario estatal Granma, el más importante de la isla, le dedicó una nota necrológica.
Su cuerpo fue disecado. Le levantaron una estatua a la entrada del poblado de La Victoria y se recogieron muestras genéticas para clonarla, un proyecto que nunca se concretó.
