Cubanos lamentan restricción para ingresar a Estados Unidos sin vacunas aprobadas por OMS

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El 8 de noviembre, Estados Unidos abrió fronteras luego de cerca de un año y medio y los cubanos se aprestan a sacar ventaja de ellos.

Desde que esa decisión se conoció, surgieron a lo largo de la isla nuevas “colas” y aglomeraciones, ya no para comprar alimentos, sino para renovar o sacar pasaportes en las oficinas de la Dirección de Identificación, inmigración y Extranjería de Cuba, más conocidas como “los carnés de identidad”.

Muchos cubanos necesitan y quieren viajar, ya sea para cambiar de ambiente, para reencontrarse con las familias que viven “afuera”, o para para reiniciar el flujo de mercancías para los pequeños negocios de ventas variadas informales en el país, y así aligerar los precios de numerosos artículos comestibles o no.

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Pero las cosas no son tan fáciles para los cubanos. La pandemia aun repercute en las suertes de los cubanos y las cubanas, y junto la apertura del 8 de noviembre viene acompañada de una serie de reglamentaciones que condicionan la entrada a los aeropuertos de la nación, establecidas por el Center for Disease Control and Prevention (CDC), entre las que destaca como únicas válidas las vacunas “aprobadas o autorizadas por la FDA, así como las vacunas con una lista de uso de emergencia (EUL) de la Organización Mundial de la Salud (OMS)”, que suman en total ocho al presente.

Se trata de Janssen / Johnson & Johnson, Pfizer-BioNTech, Moderna, AstraZeneca, Sinovac (CoronaVac), Sinopharm, Covishield y Covaxin. Además, “los completamente vacunados” deben haber recibido las dosis correspondientes “14 días antes del día en que aborde su vuelo a Estados Unidos”, establece el CDC en su página oficial.

Abdala, Soberna 02 y Soberana Plus, las vacunas de factura cubana que se han aplicado a mucho más de la mitad de la población de los cubanos residentes en la isla, y que se están exportando a países como Venezuela y Viet Nam para su empleo masivo, incluidos niños, permanecen fuera de la lista.

Como sucede igualmente con la Sputnik de Rusia, estos medicamentos no han recibido el beneplácito de la OMS ni para su uso de emergencia, pues “los único datos que hay publicados son sobre una de Soberana 02, se publicaron resultados en ratones sobre respuesta inmune pero no sobre la protección”, según explicó a Euronews la investigadora Sonia Zúñiga del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España, una de muchas especialistas a escala global que ha cuestionado la falta de información publicada en plataformas certificadas acerca de los efectos de estas vacunas.

Para la ley estadounidense, la vacunación con estos productos cubanos es de relevancia nula, lo cual se erige como un obstáculo mayúsculo para los cubanos que buscan visitar a este país, luego de que las cifras oficiales de fallecidos e infectados por Covid-19 en la Isla han descendido dramáticamente en el último mes.

Incluso, las autoridades médicas cubanas se pronunciaron en conferencia de prensa acerca de estas circunstancias, donde el Ministro de Salud José Ángel Portal consideró injusto que los Estados Unidos no reconozcan los productos nacionales.

“El resultado de las vacunas cubanas está ahí, está en los números… cómo viene disminuyendo la transmisión”, declaró a The Associated Press, mientras que “nosotros sí vamos a reconocer todas las vacunas que sus entidades regulatorias, las entidades regulatorias de cada país, hayan reconocido”, añadió, prediciendo que para noviembre estará inoculado el 90 por ciento de la población residente en el país, y a propósito del aumento del turismo internacional que el gobierno espera para esta fecha como factor vivificador de la afectada economía nacional.  

Cuba apostó todo por la “soberanía” médica, convirtiéndose en el único país latinoamericano que manufacturó sus propias vacunas, manteniéndose el margen de programas solidarios globales como COVAX, que pudieron haber facilitado a los cubanos del archipiélago el acceso a las vacunas autorizadas actualmente por la OMS y por el CDC.

Mientras, la angustia no abandona a los cubanos que buscan viajar a los Estados Unidos, que hacen catarsis en las redes sociales, complementando con sus testimonios los posts de la Embajada estadounidense en La Habana, al respecto de las referidas medidas.

“Eso me entristece mucho. Es buena la vacunación y el control pero qué culpa tienen los ciudadanos que no tienen acceso a las vacunas reconocidas por la OMS. Ejemplo: mi mamá tiene 80 años. Es cubana y todos saben que tiene visa de turista por 5 años. Se vence en agosto y hace dos años por la pandemia no ha podido disfrutar de la misma. Y ahora no podrá disfrutar porque esas personas no permiten muestras de PCR al entrar y salir. Tristemente no podrá nunca más venir a disfrutar esta estancia porque con la compleja situación ya no hay tiempo para hacer otra invitación cuando se le venza esa visa. Las circunstancias de la embajada no le permiten un viaje a Guyana a otra entrevista. Triste. También podrían dar una prórroga por un año más a esas personas que no pudieron viajar por la pandemia”, detalló una usuaria con evidente dolor.

La ira llevó a otros a expresar rotundos rechazos a las medidas.

“Si para viajar a los EE.UU debo se vacunado previamente, olvídenlo. Se pueden meter el país por donde mejor les quepa”, sentenció otro comentario, que fue de inmediato respondido por otro cubano partidario de la decisión y residente estadounidense: “¿No te quieres vacunar? Pues no vengas y mejor. Ya no queremos más gente irresponsables en este gran país”. Un tercero contrarreplicó a este, preguntándole a su vez: “¿y es obligado vacunarse con todos los engendros vacunales aprobados por la OMS? Ni la Soberana, ni la Abdala, pero tampoco la Pfizer, AstraZeneca y todas, ninguna sirve”. 

“Es que todo en Cuba es un fraude. Esa vacuna no está aprobada ni en Isla de Pino”, apuntó otra opinión.

“Qué Navidad más triste nos espera”, lamentó otro cubano, ante la cercanía de festividades como esta que implican reuniones familiares especiales. Mientras, la pandemia sigue dictando las reglas en el mundo.

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