Autoridades de Honduras detuvieron el pasado martes a 241 migrantes cubanos así como a los presuntos traficantes de personas que los acompañaban, y les exigieron que, para proseguir rumbo Norte deberían pagar 230 dólares de multa.
Así lo informó la Policía Nacional de Honduras en un comunicado citado por la agencia española de noticias, EFE.
Los presuntos traficantes, nueve en total, todos hondureños, fueron detenidos en el municipio de Danlí, departamento de El Paraíso, un departamento fronterizo con Nicaragua, a bordo de dos autobuses repletos de inmigrantes cubanos. En el momento de la detención, los «coyotes» fueron hallados responsables de «transportar ilegalmente» a 116migrantes cubanos, y por tal motivo quedaron a disposición del Ministerio Público, bajo el presunto cargo de «comisión del delito flagrante de tráfico ilícito de personas», según señaló la Policía local.
En otro grupo independiente, viajaban 125 migrantes cubanos en dos camiones conducidos por otros tres presuntos traficantes de personas, que fue detenido también en Danlí por elementos de la Unidad Transnacional de Investigación Criminal, de la Dirección Policial de Investigaciones, la Dirección Nacional de Servicios Policiales Fronterizos y el Grupo de Operaciones Especiales Tácticas.
Fueron en total 2 los operativos y todavía no está claro el motivo por el cual se les impuso la multa. Este detalle «irregular» llamó la atención del obispo de Danlí, José Antonio Pio.
«Estamos hablando de 230 dólares(…) si a cualquier hondureño residente aquí le llegará una multa de 5.000 lempiras (unos 230 dólares) con la precariedad económica que tenemos aquí, le caería como un balde de agua fría, imaginemos lo que significa esto para un migrante», subrayó el religioso, en declaraciones que ofreció a la agencia EFE.
El prelado insistió en un argumento humanitario y lógico: los migrantes son personas vulnerables. No pocos de ellos sufren vejaciones en el camino que incluyen amenazas de muerte y violación – en el caso de la mujeres – y a lo único que aspiran es a obtener protección por parte de las autoridades, y no a ser multados por transitar ilegalmente por un país.
El obispo pidió a las autoridades de Honduras «ser humanitarias y respetar los derechos que tienen los migrantes que transitan el territorio hondureño, particularmente el municipio de Danlí».
Sin embargo, las autoridades del Instituto Nacional de Migración (INM) mantuvieron bajo resguardo a los migrantes cubanos, y les comunicaron que luego decidirían su posible retorno a la isla o, si por el contrario, les dejarían continuar camino a cambio del pago de la multa de $ 230 dólares. Los migrantes aspiran a legalizar su situación en territorio hondureño y continuar camino a Guatemala, país que atravesarán para luego infiltrarse en territorio mexicano, donde les esperan otros cientos de vicisitudes más.
Honduras, país limítrofe con Nicaragua, es apenas un minúsculo espacio de tierra por el cual se ven obligados a transitar los cubanos que llegan a Nicaragua sin visado. Allí, sin embargo, los retenes policiales son estrictos y efectivos, dado el limitado número de vías de acceso por las cuales se ven obligados a transitar los migrantes.
Apenas existen cinco puntos de acceso, perfectamente transitables desde Nicaragua a Honduras. El resto, es pura selva y monte.
