Cubano sale de la cárcel, tras cumplir 32 años por un crimen que no cometió.

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“Comerme una buena comida cubana, caminar con mi hijo por largas horas”, aseveró el cubano cuando se le preguntó qué es lo que pensaba hacer ahora que está libre.

De raza negra. Joaquín Ciria, de 60 años, y amante de la comida cubana como buen cubano al fin, acaba de salir de la cárcel tras pasar 32 años por un asesinato que no cometió.

Este afroacubano al que ahora la justicia repara el daño cometido en su persona, dentro del alabado sistema de justicia de los EE.UU., fue acusado hace ya tres décadas por el homicidio de un amigo ocurrido en el Distrito de SOMA, San Francisco, California, en el año 1990.

Tras salir de la cárcel, luego de pasarse más de la mitad de su vida en ella, el cubano ha dicho que fue «una prueba de Dios».

En esta foto proporcionada por Northern California Innocence Project, la abogada Paige Kaneb (izq), Joaquín Ciria y la abogada Ellen Eggers reaccionan en la corte cuando el hombre es exonerado del delito del que se le acusaba. (Proyecto de Inocencia del Norte de California vía AP)

Solo Dios – solo él – pudo hacerle resistir tanto tiempo hasta ver su nombre exonerado de toda culpa por el asesinato de su amigo Feliz Bastarrica.

“Ha sido un largo camino, pero hoy en día se logró lo que tanto luché. Yo estuve muy enojado los primeros 15 años, entonces cambié el enojo por cosas positivas”, dijo el cubano tras salir de la cárcel.

32 años preso en la cárcel y 60 años de edad

Este lunes la Fiscalía de San Francisco anunció su exoneración. El testimonio que presentó entonces la Fiscalía – año 90 – fue brindado por un testigo identificado como George Varela. Ahora, 32 años después, la misma Fiscalía que lo encausó dice que el crimen fue cometido por otra persona.

Sin embargo, al jurado le bastó ese argumento clave del presunto testigo para culpar al cubano Ciria.

Peor aún, la declaración del testigo fue obtenida mediante coarción. Para colmo de males, Varela, era apenas un adolescente en el momento del homicidio, y ya sabemos cuan influenciables pueden ser los adolescentes cuando son presionados por la policía.

Si tienen alguna duda, consulten la historia de los Seis de Chicago.

Señala la Fiscalía que, por si fuera poco, la policía «se guió por rumores infundados por el verdadero asesino.»

Las autoridades dicen ahora que «hubo fallas», además, por parte de la defensa.

“Nuestra comisión de inocencia encontró testigos que pudieron haber sido llamados a dar testimonio hace 30 años y no fueron llamados. No sé si es culpa del abogado de la defensa o causa de barrera idiomática del lenguaje, pero sin duda el idioma y la inclusión lingüística es una meta principal para mi oficina”, indicó la fiscalía ahora, treinta y dos años después.

El cubano afirma que enfocará los años que le quedan de vida en libertad para compartir con su hijo a quien dejo cuando era recién nacido cuando fue arrestado.

También piensa compartir su historia de vida.

«Quiero asegurarme de que mi mensaje llegue a todos aquellos que se encuentran en la misma situación que yo me encontré dentro de la prisión”, puntualizó.

Y encontrarse frente a frente con el testigo que lo inculpó.

“Yo quiero mirarlo como que fue una prueba que Dios puso en mi camino para ver cuánto yo podría resistir”, indicó Ciria.

Varela, quien es ya un adulto, le confesó a su hermana y a un amigo, tiempo después, que él sabía que Joaquín no era culpable.

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