La historia de la migración cubana hacia los EE.UU. tiene capítulos tristes y complejos; algunos de ellos incomprensibles, y lo sucedido con dos cubanos recién llegados a los Estados Unidos es la prueba más fehaciente y dolorosa de un drama que, tan solo en los últimos dos años «trajo» desde la isla, a más de medio millón de nacidos en Cuba.
A través de una publicación en Facebook conocimos que Abdel Pastor Romero, un cubano, oriundo de El Cobre, en la provincia de Santiago de Cuba, y que recientemente había llegado a Houston, Texas, bajo el parole humanitario, perdió la vida en un trágico accidente de tránsito.
La comunidad de amigos y familiares ha iniciado una campaña de recaudación de fondos con el objetivo de enviar sus cenizas de vuelta a Cuba para que su madre, esposa y dos hijas puedan despedirse de él. La iniciativa busca apoyo económico para cubrir los gastos de cremación y transporte, permitiendo así que su familia en Cuba pueda realizar un último adiós.
Según un comentario de una fuente, Abdel había salido de Cuba con la intención de establecerse y una vez establecido, reclamar a su familia.
La fuente lo definió como un amoroso padre, «luchador», que era muy querido por su carácter y sonrisa, un hecho que le hizo ganar más de un amigo. Era muy conocido por haberse desempeñado durante años como chófer de taxis en la agencia Cubataxi, en la oriental provincia.
Más triste aún es el caso de Omar Ortiz, un joven cubano que apenas llevaba 7 días en los Estados Unidos, en la ciudad de Miami, y que también murió a consecuencia de un lamentable accidente de tránsito.
A través de Facebook algunos de sus amigos lo despidieron con visibles muestras de dolor.
«No tengo palabras para expresar que siento, mi hermano, hombre amigo padre, sabes que siempre te vamos a tener presente en nuestros corazones , un abrazo de aki al cielo, bro iluminanos desde el cielo con tu luz. EPD Omar Ortiz,» dijo Luis Lafargue en una publicación hecha este domingo.
Omar, según un allegado, se dedicaba a la comercialización de muebles en La Habana, y con el dinero trabajado y ahorrado durante años, se pagó su pasaje y travesía, en busca de abrirse el camino en una tierra lejana a la suya, y comenzar una vida nueva.
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