Un cubano residente en Miami, Michel Lostal, confesó haber disparado a su esposa en la cabeza y compareció en la corte criminal de Miami acusado de homicidio en segundo grado.
Según el reporte policial, cuando los oficiales acudieron al lugar donde fueron llamados, encontraron a Lostal tratando de revivir a su esposa, con quien mantenía una relación amorosa desde hace 18 años.
La víctima fue hallada tirada en el suelo de la habitación master de la vivienda en la que ambos residían desde 2011.
La tragedia ocurrió en una zona residencial de Miami-Dade y la esposa del acusado, con quien no tuvo hijos, fue declarada muerta en el Hospital Jackson Memorial.
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La ficha policial de la cárcel donde fue internado Lostal, detalla que este fue arrestado en el condado de Miami Dade, Florida, el pasado 24 de abril.
Lostal nació en Cuba, el 17 de agosto de 1974. Tiene 48 años de edad, mide 5′ 7″ de estatura, pesa 175 libras, con el cabello de color mixto y ojos marrones.
A Lostal no se le fijó fianza, por lo que deberá estar en la cárcel hasta que se celebre el juicio.
Según la ley de Florida, una persona que sea formalmente acusada de asesinato en segundo grado con un arma podría enfrentar una sentencia de hasta cadena perpetua en prisión.
La pena máxima para este delito es de prisión perpetua sin libertad condicional, mientras que la pena mínima puede variar dependiendo de los detalles específicos del caso. La sentencia final dependerá de la decisión del juez o del jurado, y se basará en factores como la gravedad del delito, la conducta del acusado antes y después del crimen, así como cualquier circunstancia atenuante o agravante.
En algunos casos, el arrepentimiento y la cooperación del acusado pueden ser considerados como factores atenuantes en la sentencia. Si el acusado muestra un remordimiento genuino y cooperación con las autoridades durante la investigación y el juicio, esto podría ser tomado en cuenta por el juez o el jurado al decidir la sentencia final.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que el arrepentimiento por sí solo no es suficiente para reducir la sentencia en casos de delitos graves como el asesinato en segundo grado con un arma.
Otros factores también se tendrán en cuenta, como la gravedad del delito, el historial delictivo del acusado y la evaluación de la conducta del acusado antes y después del crimen.
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