El gobierno cubano anunció la intención de impulsar el uso de vehículos eléctricos el próximo año en la isla, mediante medidas como la venta a precios “no recaudatorios” y libres de impuestos.
Durante su más reciente intervención ante el Parlamento cubano, el ministro de Energía y Minas (Minem), Vicente de la O Levy, explicó que prevén incrementar el uso de la consignación de estas tecnologías para garantizar su disponibilidad en el país.
Asimismo adelantó que planean comercializar en pesos cubanos y moneda libremente convertible (MLC) autos eléctricos y paquetes tecnológicos que aprovechen las fuentes renovables de energía.
A mediados de este año, el entonces titular del Minen en la isla Livan Arronte sugirió que el gobierno tenía la ambiciosa meta de alcanzar el 100% de generación energética a partir de fuentes renovables.
Sustituido en medio de una profunda crisis energética debido a la rotura de algunas de las principales plantas termoeléctricas del país, Arronte reconoció atrasos en el avance hacia un cambio de matriz energética aprobado en 2014 y precisó que hasta el momento la generación de energía limpia apenas alcanza el 5% del total.
Por esas mismas fechas, la compañía europea ElectroAir informó su intención de insertarse en el naciente mercado de vehículos eléctricos en Cuba.
Por otra parte, el Ministerio de Transporte ha creado al menos tres bases de taxis con triciclos eléctricos en distintos municipios de La Habana.
Pero el cambio de matriz energética requiere de infraestructura para nada barata y por ahora el gobierno cubano no encuentra fuentes de financiamiento para implementar su política. Además el plan de la estatal Unión Eléctrica de vender capacidad de generación en parques fotovoltaicos a particulares parece haber fallado mientras la empresa pone su atención en solucionar el problema de los apagones.
Aunque el ministro de la O Levy no parece dispuesto a reconocerlo, la importación de varias pequeñas unidades de generación a base de diésel y el arrendamiento de al menos siete plantas flotantes de una empresa turca son pasos en dirección contraria al supuesto programa de reconversión de la matriz energética aprobado hace ocho años en la isla.
