El régimen cubano ha lanzado una nueva medida denominada «Sistema Nacional de Registro, Atención, Seguimiento y Monitoreo» para abordar la creciente violencia machista en la isla. Esta medida, presentada por la fiscal general, Yamila Peña Ojeda, implica la creación de un registro administrativo diseñado para gestionar procesos penales y proveer estadísticas para prevenir la violencia de género, especialmente en el ámbito familiar.
Curiosamente «el nuevo organismo» lleva el mismo nombre que el de otros, creados hace ya mucho tiempo, en otros países, y es una respuesta a las miles de denuncias hechas por el activismo feminista independiente cubano, el mismo que el régimen ha criminalizado durante años.
El sistema será operado por un grupo de «25 expertos del Ministerio del Interior y el Tribunal Supremo Popular», según informaciones de medios oficiales, señala Granma. Sin embargo, estos reportes no han aclarado si la información recopilada por esta nueva plataforma será de acceso público, pero es muy probable que no, dado el tradicional secretismo con el que el régimen manipula la información oficial en la isla; especialmente aquellos hechos de violencia, que derrumban el mito de «país seguro», que al régimen le interesa difundir para captar más turistas extranjeros.
El anuncio de este sistema surge – es más que obvio – en un contexto de crítica constante al régimen cubano por parte de activistas feministas, quienes acusan al gobierno de criminalizar y expulsar a organizaciones y activistas independientes que han denunciado la violencia machista y el feminicidio en la isla durante años.
Además, ha habido casos destacados donde las víctimas habían denunciado previamente a sus agresores sin recibir la protección adecuada. Por ejemplo, una de las víctimas había hecho una denuncia formal contra su agresor apenas cuatro días antes de ser asesinada. Esto pone de relieve las deficiencias en el sistema de protección a las víctimas de violencia de género en Cuba, y habrá que ver si el nuevo Sistema prevé sanciones contra aquellas todas figuras oficiales que sean denunciadas por inacción o mala praxis.
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Estos grupos, como Yo Sí Te Creo y Alas Tensas, han mantenido registros actualizados en tiempo real y han presionado por un reconocimiento oficial del aumento de la violencia de género y los feminicidios.
Los datos proporcionados por estos grupos independientes muestran un sombrío panorama, con 85 víctimas mortales de violencia machista en 2023, comparado con cifras anteriores significativamente menores en 2021 y 2022. Estas cifras contrastan marcadamente con las estadísticas oficiales, que a menudo están desactualizadas o no reflejan la totalidad de los casos.
La iniciativa del gobierno ha sido recibida con escepticismo por parte de las activistas, quienes argumentan que el nuevo sistema, aunque es un paso adelante, no garantiza independencia del activismo feminista que ha empujado al régimen a tomar cartas en el asunto. Subrayan que el régimen cubano no ha mostrado un interés genuino en el bienestar de las mujeres cubanas, y resaltan la falta de tipificación del feminicidio como delito en la legislación cubana.
Además, las feministas independientes han enfrentado dificultades crecientes para verificar la información debido al miedo a denunciar y a la clandestinidad en la que deben operar muchas de sus activistas, algunas de las cuales han sido expulsadas del país por sus actividades.
Esta nueva medida, aunque potencialmente útil para la gestión y prevención de la violencia, aún deja preguntas sin responder sobre su ejecución y transparencia.
