Mientras, dentro de Cuba, la gente no se siente inspirada a trabajar. Los que sí, no reciben apoyo del Estado.
El Estado teme incluso que los cuentapropistas se enriquezcan
Cuba está a la espera de nuevos y más regalitos del extranjero, mientras que desde la isla la gente solo tiene en mente una cosa: salir del país.
Alejandro afirma que lo correcto es que uno quiera quedarse en su patria para impulsar el desarrollo del país, pero luego de ver el ejemplo de padres y abuelos, la gente siente una gran decepción.
«Puedo resultar hiriente, pero aquí la gente no quiere trabajar; muchos viven del invento, y el gobierno de las donaciones», dijo vía Signal hace tan solo dos días.
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Michel cree que no, que la gente sí quiere trabajar, pero no por un salario mísero. Como «botero» él cree sin embargo que el gobierno no hace lo que debería para ayudarlo. Dice que un tío suyo, millonario, hasta le propuso ayudarlo a tener una flota de bicicicletas a lo Uber Eats, pero Michel dice haberse visto en el espejo de tantos.
«Cuando aquí uno levanta, se lo quitan todo. Quieren emprendedores que trabajen, pero no quieren que se vuelvan ricos. Esto es una locura. Ya le dije a mi tío, que me saque de aquí», contaba hace una semana.
Dos ejemplos. Dos vidas. Pero… ¿qué hay de cierto en esto de que el gobierno vive de las donaciones?
Tal vez es una exageración, pero ahora mismo Cuba está a la espera de dos sendos regalos. Uno que ya llegó desde China, y otro con el reinicio de la Caravana de los Pastores por la Paz, desde EE.UU. Un amigo, experiodista oficialista en la isla y ahora «arañador de lo que aparezca», me incluye una tercera: la visita del presidente de Vietnam a Cuba.
«Ahí nos van a caer unas cuántas toneladas de arroz, y va y suben la cuota», dice a modo de jarana.
El arroz de Vietnam es una incertidumbre, pero lo que sí es cierto es el donativo chino y la Caravana de los «Walker».
Sí, porque es la hija de Lucius Walker, Gail, la que ha tomado la batuta de su padre y anuncia el retorno de los pastores y sus buses amarillos. Gail hasta se entrevistó con Miguel Díaz-Canel, que ya prepara un atribulado viaje a México, y según una foto divulgada luce muy elegante y joven -ella- así que es de intuir que habrán más que 21 caravanas, que fue las que realizó su padre, antes de fallecer el 7 de septiembre de 2010, en Demarest, Nueva Jersey.
En cuanto al cargamento recibido desde China, fue el propio embajador de la isla en China, Carlos Miguel Pereira, quien custodió la carga llegada al aeropuerto José Martí de la capital cubana.
El cargamento consiste en 24 toneladas y más de un millón de productos como guantes, mascarillas, película de rayos X, el fármaco piperacilina, y gafas y pantallas protectoras.
Destaca la agencia oficialista Prensa Latina que con este nuevo cargamento de suministros de salud donados por el gobierno de China para apoyar a Cuba en sus esfuerzos para enfrentar la pandemia de Covid-19, suman ya cuatro los lotes de ayuda que Beijing aporta a la nación antillana en menos de tres meses.
Con anterioridad llegaron, entre otros muchos insumos médicos, 30 ventiladores pulmonares enviados a finales de julio pasado, más 150 concentradores de oxígeno y otros insumos donados en agosto.
Un electromédico desde la provincia de Cienfuegos asegura que ellos están capacitados para fabricar esos concentradores. Nos advertía en días pasados del caso que se hizo viral en las redes: el de un cubano que fabricó un aparato similar para su esposa.
«Nosotros podemos hacerlos, pero aquí no nos dan ni un tornillo».
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