En Cuba parece existir, para cada disidente o activista un auto policial destinado en cada esquina de sus viviendas, pero ambulancias para transportar enfermos a los hospitales y carros fúnebres para transportar los fallecidos a las funeraria y cementerio, cada vez son menos.
De lo primero no hay dudas, y de ello pudiera dar fe inmediata la líder de las Damas de Blanco, Berta Soler, quien hace apenas 48 horas salió de su casa y no pudo avanzar ni dos cuadras cuando de inmediato fue detenida y conducida a una estación de policía.
De lo segundo, da fe el propio diario oficialista Sierra Maestra, desde la oriental provincia de Santiago de Cuba, quien un reportaje publicado este año, en el que se entrevistaba al director provincial de Servicios Comunales, José Borrero Sotomayor, este admitió que hacía “más de 15 años” que los vehículos de los servicios funerarios no recibían ni remotorización, ni reparaciones. El artículo, curiosamente «desapareció» luego de ser publicado en el siguiente enlance: http://www.sierramaestra.cu/index.php/santiago-de-cuba/38447-en-vias-de-solucion-dificultades-con-los-carros-funebres)
Esta referencia viene a colación de una denuncia que trascendió en el portal de noticias Cubanet, donde se da cuenta del uso de un carro de la Casa de Cultura, utilizado para transportar féretros en Santiago de Cuba, ya que la funeraria de Songo La Maya no cuenta con vehículos propios para trasladar los fallecidos.
En declaraciones a Cubanet, una vecina de ese poblado identificada como María Luisa, expresaba:
“Es una tremenda falta de respeto. Ya la miseria en que vivimos pasó de castaño a oscuro. Durante la COVID-19 se entendía que los carros fúnebres no dieran abasto, incluso cuando el brote de dengue meses atrás, pero ¿ahora?, ¿cuál es la coyuntura que justifica esta ruina?».
Cubanet entrevistó también a otro residente de ese municipio.
Identificado como Orlando Méndez, este comentó al diario independiente que “hace unos días murió un compañero de trabajo en el Hospital Provincial de Santiago de Cuba, y allí retuvieron el cadáver por más de 24 horas esperando a que prestaran un carro para traerlo a la funeraria de La Maya. Solo lo pudimos velar dos horas porque el cuerpo ya olía mal. La familia estaba devastada”.
Cubanet detalle que los entrevistados refirieron que la funeraria de Songo La Maya contaba con dos carros fúnebres para trasladar los fallecidos, pero los autos ya estaban en condiciones deplorables, entre las que describieron falta de tubo de escape, puertas amarradas manualmente y sin focos.
El malestar con los fallecidos parece ser nacional y con mayor dramatismo en municipios del interior. El pasado sábado se conoció que en el municipio de Bejucal, en la provincia de Mayabeque, se trasladó un féretro en una camioneta sin techo, según denunció en Facebook un usuario identificado como Woody Alguacil Cubano.
Este compartió una imagen que le fue enviada desde Cuba.
«Ahí le mando una foto para que vea dónde se están trasladando a los fallecidos en mi municipio por falta de carro fúnebre», afirmó.
En Bejucal, el pasado mes de octubre, otra internauta, hermana de uno de esos tantos fallecidos en Cuba que no son «familiar de ningún dirigente», detallaba que el cadáver de una mujer identificada como Marlén Rodríguez fue transportado en una guagua hacia el cementerio.
A finales de agosto, en Manzanillo, Granma, un cadáver fue transportado en una camioneta que suele emplearse para llevar alimentos; y unos días antes, en Sagua de Tánamo, Holguín, el cadáver de una mujer fue llevado al cementerio en un jeep debido a que no había ningún carro fúnebre.
Meses antes, en abril, otra familia holguinera tuvo que llevar a la funeraria a su pariente fallecido en una camioneta sin techo.
Y un poco más al sur, en Manzanillo, un cadáver fue trasladado en un auto destinado a la distribución de alimentos.
Muchos cubanos se preguntan por qué, si se compran flotas de autos nuevos, cero kilómetros, para el turismo y la renta de autos en Cuba, y también autos nuevos para el parquet automotriz de la PNR, las FAR y el MININT, no hay ambulancias ni carros fúnebres.
Los autos, pudieran «explicar» los activistas y disidentes dentro de la isla, están a disposición de causas que «involucraban a los vivos», y no a disposición de los fallecidos en Cuba.
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