La prensa oficialista cubana insiste en negar una crisis sanitaria en la provincia de Matanzas, y mientras insisten en que las noticias que abordan el problema están enfocadas en dañar a Cuba, y niegan la escasez de productos, y la apertura de un canal humanitario a la isla, las imágenes que circulan por Internet en estos días los desmienten.
Ayer Matanzas registró más de 1300 nuevos casos de COVID-19, confirmándose así que es el epicentro de la pandemia; un triste honor que tuvo La Habana durante casi todo un año pero que, «reforzada» por las medidas de aislamiento, y las campañas de vacunación con Abdala y Soberana, abandonó, para cedérselo a su vecina Matanzas.
La llamada Atenas de Cuba enfrentó además, no sin necesidad, la reapertura del polo turístico de Varadero, y la llegada de un turismo bastante «indisciplinado», proveniente de Rusia, que no respeta distanciamiento social, ni enfrente restricciones de movilidad y que «anda a la my love, sin nasobuco», por citar a una amiga, de esa provincia, que dice los ha visto en más de una ocasión «a sus anchas», por la ciudad vecina de Cárdenas.
La provincia registró hoy 3,559 casos de COVID-19 (Calimete 101; Cárdenas, 855; Ciénaga De Zapata, 41; Colón, 233; Jagüey Grande, 108; Jovellanos, 79; Limonar, 114; Los Arabos, 14; Martí, 58; Matanzas, 1421; Pedro Betancourt, 122; Perico, 270; y Unión De Reyes, 143) y reportó 6 muertes a causa de la enfermedad, entre ellas la de una embarazada de 37 años de edad.
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Esta es la cifra – 3,559 – más alta registrada por cualquier provincia desde el inicio de la pandemia en marzo del 2020.
La gravedad de la crisis epidemiológica en Matanzas fue reconocida por el director nacional de Epidemiología del Minsap, el Dr. Francisco Durán García, quien señaló que esta se trata de la más compleja en toda la Isla.
La situación en ese territorio viene siendo denunciada desde hace días, cuando los propios residentes en las provincias se encontraron con lamentables escenas que a todas luces reflejaban la incapacidad de los hospitales locales para atender a los pacientes.
Expertos blancos y elitistas , debaten sobre «situación en Matanzas»
Tres «expertos», blancos y elitistas los tres, debatieron en un programa radial de la oficialista Radio Rebelde la situación.
Allí, donde Bárbara Betancourt – esposa de un militar de alto rango en Cuba – se rió de «la crisis humanitaria», los tres desestimaron la crisis sanitaria que enfrenta actualmente la provincia de Matanzas, y hasta la más que fiel, Arleen Rodríguez Derivet, le hizo comparsa a Bárbara Betancourt, negando lo que todo el mundo está viendo, menos ellos, que no salen de sus buenísimas casas ¡en La Habana!
Arleen, devota fiel del fallecido Fidel Castro, y cúmbila de Miguel Díaz-Canel, aseveró que la iniciativa #SOSMatanzas es una “campaña para hacer agresiones” a Cuba.
“Es una campaña que se ve muy bien dibujada y que trata de levantar supuestos motivos humanitarios (…) para hacer agresiones humanitarias y luego intervenciones militares”, declaró la fiel vocera, que a cada rato viaja al extranjero, y recibe per secula seculorum un sustentoso retiro de su padre, ex trabajador en la Base Naval de Guantánamo.
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Sus palabras buscan minimizar la actual crisis que sacude a Matanzas; intenta dibujar como «falso» el colapso de los hospitales; y niega la escasez de todo tipo de insumos, aunque por desfortuna suya, no puede negar la muerte de varios pacientes.
Otro «experto», el analista Reinier Duardo llamó “delincuentes” a quienes buscan llamar la atención sobre el fenómeno, y que a la vez impulsan una campaña de ayuda humanitaria no solo a Matanzas, sino a la isla entera.
La situación amenaza con «exportarse» a otras provincias.
Muy a pesar de lo que dijeron esos dizque expertos, la visita de Díaz-Canel y Manuel Marrero Cruz a provincias como Matanzas, Cienfuegos, Villa Clara, Sancti Spíritus, y una revisión somera en la prensa de Holguín, Ciego de Ávila, Granma, Camagüey y Santiago de Cuba, fundamentalmente, nos revela que indiscutiblemente se vive una situación complicada.
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Los medios de esas provincias, que suelen maquillar muy bien todas las crisis, lo reconocen con palabras como «alarmante», «peligrosa», al hablar de la situación epidemiológica en sus geografías.
Por más que las oficialistas y bien remuneradas Arleen Rodríguez Derivet y Bárbara Betancourt lo quieran, el parte de hoy es una bofetada para sus rollizas caras.
No hablo de la crisis sanitaria más que evidente en Matanzas ahora, sino de Camagüey, que reportó 168 nuevos casos y ¡cinco fallecidos! en apenas una jornada. O de los 322 de Guantánamo; o los más de 200 nuevos infectados en Holguín. De los más de 150 en Cienfuegos, un territorio que siempre mantuvo la COVID-19 amarrada bien cortico.
De Sancti Spíritus, Villa Clara y Santiago de Cuba, que reportaron dos fallecidos per cápita y nuevos contagios en el orden de los 160, 218 y 366, nuevos contagios, respectivamente.
