Estrena nuevo programa la televisión cubana, Con Filo. Un espacio para hacer eterno el discurso de que el gobierno de la isla es víctima y no verdugo
La primera entrega de Con Filo la dedicó su presentadora Karima Oliva Bello a aclarar al público de la isla ¿Cómo funciona el chantaje contra los artistas cubanos?, claro según ella y el régimen al que sirve.
Solo hay que ver quiénes están detrás de Karima: nada más y nada menos que Cubadebate, La Pupila Insomne -léase el vocero Iroel Sánchez- y el Instituto Cubano de Radio y Televisión. O sea que garantizado está con esas cuatro patas que lo que usted verá en la pantalla es mentirillas, de las buenas.
Con este juego de palabras se presenta el espacio Con Filo: «Vamos a buscar las esencias detrás de las apariencias, a rasgar la costura de la manipulación mediática, y adentrarnos en la arista filosa de los acontecimientos».
Que Karima Oliva Bello se aventure a tan solo mencionar lo de manipulación mediática es cuando menos impúdico. No olvidemos que es una de las autoras del libro ¿Qué ha pasado en Cuba? Jóvenes en la isla opinan a partir de los sucesos del 11 y 12 de julio de 2021 -aparecido bajo el sello de la editorial Ocean Sur.
Ser revolucionarios en tiempos difíciles es el texto de Oliva Bello (Licenciada en Psicología-2005, Máster en Psicología Educativa-2010 por la Universidad de la Habana y Doctora en Psicología-2017 por la Universidad Federal de Río de Janeiro) para el citado volumen. Escribe sobre las protestas del 11 de julio en Cuba:
«El 11 de julio grupos de manifestantes de manera coordinada salieron a las calles en 12 localidades de la isla sin tener un programa y sin presentar una agenda para el diálogo con las autoridades cubanas, más bien con una pauta de protesta que en muchos casos se tornó violenta. Apedrearon a civiles y policías, saquearon establecimientos de comercio y agredieron instalaciones hospitalarias. Fuerzas
policiales intervinieron para restablecer el orden y evitar que siguieran en escalada las acciones de provocación y desestabilización del país, ante el riesgo de una intervención extranjera. Esto, debido a que los hechos tuvieron como antesala una fuerte campaña mediática en redes sociales, para posicionar la etiqueta #SOSCuba e inducir en la opinión pública internacional la idea de un escenario de crisis e ingobernabilidad, mientras se establecía como trending topic el reclamo de una ‘intervención humanitaria'».
No es entonces demasiado raro que Con Filo y su psicóloga-presentadora contrapongan las críticas de Hermann Tertsch -eurodiputado de Vox, partido español de derecha pero que tiene su lugar en el Parlamento porque lo ganó en elecciones democráticas- al cantautor cubano Silvio Rodríguez, el mismo que no veía con claridad la represión tras las manifestaciones del 11 de julio.
De acuerdo con el nuevo espacio de la televisión cubana, Silvio es atacado porque «se desmarca del esquema de lo que tiene que ser dicho pautado por Washington». Se vuelve nuevamente a evitar hablar de falta de expresión en la isla, de la carencia de los más elementales derechos humanos, y se empeñan en la versión del oficialismo de que las protestas del 11 de julio no fueron espontáneas sino orquestadas por el imperio, el eterno enemigo.
Cubadebate, La Pupila Insomne, el Instituto Cubano de Radio y Televisión y Karima en Con Filo repiten como poseídos que el cambio de sistema en Cuba es un deseo de la derecha internacional. Y es que no pueden articular otra narrativa: los que deciden los destinos de la isla hace más de seis décadas son víctimas de una conspiración mundial.
Seguidamente buscan inocular el miedo con esta frase: nos podremos imaginar entonces todo lo democrático que va a ser nuestro país si caemos en manos de partidos similiares a estos, como el ultraderechista Vox».
Y así llenan más de 11 minutos de tópicos: la maquinaria de Miami, los medios independientes pagados, o «cómo se quebraron los músicos cubanos que participaron en el tema Patria y Vida» (en opinión del rapero, músico y escritor argentino Daniel Devita o Doble D); y para rematar el ejemplo de artista que no se doblega ni se vende -dicen los de Con Filo- es Israel Rojas, de Buena Fe.
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