El actor y productor cubano Jonathan Montelongo, conocido en redes sociales como Joh Wayne, denunció este martes que recibió un “regalito sorpresa” de parte de un “comunista frustrado”.
Según expuso Montelongo, acabado de llegar a Estados Unidos tras pedir asilo desde México, recibió un paquete a través de Amazon Prime en el que venía un “banderón” del Movimiento 26 de Julio.
En un video que “no tiene nada que ver” con el contenido humorístico que hace diariamente, el joven natural de Pinar del Río aclaró que no sabe cómo quien envió el regalo supo su dirección y reconoció que le ha hecho pasar un momento “incómodo”.
Si bien calificó lo sucedido como “una falta de respeto”, Joh Wayne afirmó que le reconforta saber que quien lo hizo “tiene la certeza de que me iba a molestar y le queda claro cuáles son mis ideales y mi forma de pensar”.
Asimismo, el comediante aseguró que es evidente que “el cáncer comunista está latente aquí en Miami y que hay mucha gente viviendo en este país, que usa la libertad de expresión para apoyar a la dictadura cubana”.
Por otro lado, Joh Wayne subrayó que el comunista “frustrado” que le envió la bandera del 26 “no se merece la libertad que te da esta tierra” ni tampoco las ayudas que pueda estar dándole el gobierno estadounidense, por lo que deseó que se las quiten.
De igual manera, Montelongo, que no descartó la idea de rastrear quién le envió el paquete, le pidió a esa persona que “para la próxima”, se ponga más creativa y le mande “un cheque”.
El cómico dijo que pensó en hacer un bikini con la bandera del 26, símbolo de la lucha contra el dictador cubano Fulgencio Batista, que llevó a Fidel Castro al poder en 1959, pero luego aseveró que no la quemaría ni la rompería, sino que la guardaría como “recuerdo”.
Además, Montelongo reiteró que el “detallazo” que le hicieron llegar de parte de “Esteban y su dios Fidel” para que se “erice de verdad”, no le provocó “miedo”, sino risa, porque vive en un país de libertad.
Ya fuera de la isla el creador de contenido explicó que emigró “porque estaba en peligro y, sobre todo, porque yo quería comerme el mundo y en Cuba, apenas podía comerme el pan del día”.
“Hoy estoy aquí después de meses de lucha, en el final de aquella historia de esclavitud, y libre, libre carajo”, expresó al llegar a Estados Unidos.
