Una plaga de chinches se ha sumado a los problemas de salud que padecen los cubanos en varias provincias del país.
Tanto en casas, centros de trabajo, como en hospitales. Nadie escapa al ataque de este insecto que se ceba contra las personas especialmente en la noche.
“No hay veneno para matarla. Está lo mismo en las casas que en los hospitales. Hace unas semanas estuve ingresado y fueron insoportables las picadas. Y luego también estaban en la casa. Ha sido insoportable. Hay una mipyme que se dedica a exterminarlas pero los precios por el servicio son impagables”, dijo un joven arquitecto a Cuballama Noticias desde La Habana.
Hace más de dos años se reportó una gran cantidad de casos de sarna en toda Cuba y en los hospitales apenas había medicamentos para combatirlas. En los cuerpos de guardia se recetaba medicina verde a falta de otros medicamentos más eficaces contra la sarna. Ahora se incorpora al “cuadro de dolencias médicas” los incómodos efectos de la chinche en el cuerpo humano, especialmente la picazón.
La plaga tiene ya antecedentes alarmantes. Hace unos meses se confirmó el cierre temporal del Banco Popular de Ahorro de Artemisa por una invasión de estos insectos cuya forma más efectiva de erradicarlos es con el uso de fuego, según especialistas. También se han reportado cierres de escuelas por la plaga que en estos momentos parece no tener fin.
La suciedad es un elemento que propicia la expansión de las chinches. A eso se suma lógicamente la ausencia de insecticidas que hay en todo el país, la cual llevó incluso a frenar la fumigación contra el mosquito Aedes Aegypti a la propagación del dengue. Una situación epidemiológica bastante compleja sobre todo por la ola de calor del verano que acaba de reportar temperaturas récord de 39 grados.
Para tratar de paliar la situación, los cubanos están comprando veneno en el exterior para estos insectos o pidiéndolo a amigos o familiares que tengan la posibilidad de viajar. Lo cierto es que a todas las penurias históricas y recientes se incorpora la chinche para hacer del verano otra época para el olvido.
