Doce años después reaparece Carlos Lage, quien fuera vicepresidente del Consejo de Estado
Durante el fin de semana al parecer se quiso revivir a un fantasma del castrismo: sin venir a cuento Carlos Lage aparecía en un video -con sus recuerdos y fotos- por su 70 cumpleaños.
En una parte de sus palabras se le escucha decir: «Las tareas y responsabilidades en las organizaciones juveniles, en el Partido y en el gobierno marcaron mi existencia y llenaron la mayor parte de mi vida adulta. Conocí a profundidad la grandeza revolucionaria, intelectual y humana de Fidel».
Ha trascendido que la grabación circuló de principio en las redes sociales de familiares muy cercanos y amigos de Lage. Posteriormente activistas y figuras de la oposición han reflexionado acerca de esta aparición, quizás inesperada en las actuales circunstancias de la isla. Pero que a casi nadie engaña.
«Confío en la Revolución y creo firmemente que el socialismo es una sociedad más justa y más humana y, en nuestro caso, el de Cuba y los cubanos, la única forma de ser independientes como nación y dignos como pueblo. Aunque a ese socialismo solo se pueda llegar con cambios profundos, muchos más que en los últimos 20 años. Es ineludible traspasar supuestos límites y correr riesgos. Eso es ahora, lo verdaderamente revolucionario. Ante cualquier disyuntiva que se presente en el futuro, cualesquiera que hayan sido las causas, estaré del lado que beneficia a la Revolución», recalca también el que fuera vicepresidente del Consejo de Estado.
Tras 62 años de eso que algunos insisten en llamar Revolución, la experiencia de muchos indica que esta maniobra quiere distraer de lo esencial: los organizadores de la marcha cívica del 15 de noviembre prosiguen con su iniciativa. Y en las calles podrían vivirse imágenes similares a las del 11J.
La veterana opositora Martha Beatriz Roque -del grupo de los 75 condenados durante la llamada Primavera Negra– es muy certera en sus reflexiones en Twitter: «Con el video de Lage le han dado a la prensa y a algunos qie se preocupan por Cuba una chambelona para que se entretengan a ver si se les olvida la calle. Pero la posibilidad está ahí, no importa a cuántos encarcelen de forma espontánea volverá a surgir».
Anamelys Ramos -una de las acuarteladas en noviembre del pasado año en la sede del Movimiento San Isidro- en una publicación en su perfil de Facebook refiere: «Sobre la jugada desesperada del momento, no mucho que agregar. Nuestros objetivos deben seguir siendo los mismos y no podemos entretenernos: más derechos, más libertades, más humanidad, para todos los cubanos. Solo un pequeño detalle: cuando Lage y compañía cayeron en desgracia, pusieron un video infame, lleno de imágenes privadas grabadas sin autorización, ect donde quedaba demostrada la naturaleza autoritaria del Estado. En una especie de juicio militar informal Raul Castro preguntaba a un grupo de represores de poca monta si alguien allí tenía algo bueno que decir de los sujetos linchados esta vez. Nadie dijo una palabra. Todos bajaron la cabeza. Seguro muchos de ellos eran sus amigos o simulaban serlo. Seguro algunos de ellos intentarán hoy volver a ser sus amigos».
También el periodista José Raúl Gallego opinaba al respecto desde sus perfiles de redes sociales:
«El video que circula hoy de Carlos Lage no es casual ni se trata de una ‘iniciativa’. En Cuba, nada a esos niveles lo es. Menos cuando hablamos de un hombre que durante más de diez años ha permanecido en silencio, obediente, cumpliendo las nuevas tareas que su condición de tronado le impuso, mientras que mantenía algunos privilegios materiales y sobre todo, el mayor de los privilegios: estar en «libertad» y vivo después de tamaña caída y que su desgracia no se extendiera de manera implacable hacia su familia».
En marzo del 2009, Carlos Lage era destituido de sus funciones en una nota del Consejo de Estado. Sin mencionar directamente su nombre ni el del entonces canciller Felipe Pérez Roque, Fidel Castro expresaba:
«La miel del poder, por el cual no conocieron sacrificio alguno, despertó en ellos ambiciones que los condujeron a un papel indigno… El enemigo externo se estaba haciendo ilusiones con ellos».
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