El Canciller cubano, Bruno Rodríguez, lamentó este lunes que Estados Unidos ha decidido excluir a la isla de la novena Cumbre de las Américas que se celebrará en la ciudad de Los Ángeles, California, del 8 al 10 de junio próximos.
En conferencia de prensa transmitida por la televisión cubana el ministro de Exteriores afirmó que la Administración del presidente Joe Biden ejerce «presiones» sobre «numerosos gobiernos de la región» para que acepten la exclusión de Cuba de esa cita continental.
Rodríguez afirmó que el gobierno estadounidense engaña a la opinión pública diciendo que aún no ha decidido sobre las invitaciones e instó «respetuosamente» al Secretario de Estado Antony Blinken del país norteamericano a que diga «de manera honesta si Cuba será invitada o no» a la cumbre.
El subsecretario de Estado para Asuntos Hemisféricos de EE.UU., Brian A. Nichols aclaró a inicios de este año que la Casa Blanca “determinará qué líderes están invitados a la Cumbre de las Américas, y la Casa Blanca aún no ha emitido invitaciones”.
Ante la pregunta de si Venezuela, Nicaragua y Cuba serían invitados al evento Nichols dijo que el gobierno estadounidense basará su decisión en el compromiso con la democracia que tengan los países.
Durante su comparecencia este martes en la que no se permitieron preguntas de la prensa, Bruno Rodríguez dijo que la salud será uno de los ejes principales de la cita y aseguró que en estos momentos se negocia “de forma opaca”, con enfoque “neoliberal” un plan de acción para el continente hasta el año 2030.
Sin presentar pruebas, afirmó que esas negociaciones se mantienen de manera oscura con la exclusión de Cuba y de otros estados miembros de la Organización Panamericana de la Salud, en “contravención a sus propios mandatos”.
Rodríguez subrayó que también se negocia a espaldas de la opinión pública internacional un documento titulado “Carta de entendimiento sobre gestión migratoria y protección a migrantes” que obligaría a los estados latinoamericanos y caribeños a “reprimir” la emigración y absorber los migrantes que las autoridades estadounidenses decidan procesar fuera de su territorio.
Afirmó que el código sobre migración no resuelve las causas que generan el problema aunque ofrece paliativos e incentivos económicos a los países del área, mientras aplica a Cuba “un recrudecimiento extremo” del embargo.
Asimismo, culpó a Estados Unidos de imponer a terceros países la obligación de exigir visas de tránsitos a los ciudadanos cubanos que intentan migrar a territorio estadounidense, aunque tampoco presentó evidencias sobre tales presiones.
Desde noviembre pasado, cuando el gobierno de Nicaragua eliminó el requisito de visado para los cubanos, la isla vive uno de los peores éxodos masivos de las últimas décadas.
De acuerdo con cifras oficiales divulgadas por las autoridades fronterizas estadounidenses, desde octubre de 2021 hasta la fecha más de 79.000 migrantes procedentes de Cuba han ingresado a Estados Unidos a través de la frontera con México.
