Más que difícil es la ruta que deben seguir muchos niños cubanos para ir y venir de la escuela, como ocurre con los de la zona de El Alto de Jo, en el municipio de Campechuela, en la provincia Granma, donde “no hay ni transporte”.
Según mostró la página de Facebook La Tijera, a los niños de la localidad oriental les da el agua con fango “hasta el uniforme”, por lo que deben atravesar sin zapatos algunos tramos del camino, un “desastre” que ha generado indignación en más de un usuario.
“En este país van cientos de niños en esas condiciones a la escuela, pero claro, eso no lo ponen en el noticiero”; “Pobres criaturas. Lo que les ha tocado vivir” y “Qué falta de humanidad con estos niños, por Dios. ¿No pueden echar ahí ni un pedraplén?”, opinaron algunos de ellos.
La internauta Liuva Tamayo Areliuvys confirmó que “conozco el lugar como la palma de mi mano y en más de 20 años solo ha empeorado”. “Esos niños me recuerdan tanto a mí que se me llenan de lágrimas los ojos”, apuntó.
Otra cubana, Didsay Ale, quien vive en Miami, recordó que ella fue “una de esos niños hace como 20 años”, aunque en la zona de La Guajira, en el municipio de Pedro Betancourt de Matanzas.
“La dejo sin estudiar”; “Si son hijos míos los enseño yo a leer y escribir”; “Si fueran míos no iban a la escuela hasta que no se secaran esos charcos”; y “Qué tristeza esa niña puede enfermar. El agua llega casi a su uniforme. Yo no la mando. Le enseño lo que pueda en la casa. La prefiero bruta con salud”, dijeron al respecto.
Otro cubano emigrado resaltó que “el hombre piensa como vive” por lo que, “para quien está adaptado a lidiar constantemente con esas condiciones”, que “son miles de familias en los campos de Cuba”, llevar a un niño a la escuela por esos caminos no es “una locura”, sino algo “natural”.
El pasado 2 de septiembre comenzó el curso escolar para 1,6 millones de niños y jóvenes de toda la isla, con el 12,5% de las plazas docentes sin cubrir -una de cada ocho- y sin que se hayan podido entregar la mayoría de los uniformes.