La actriz Isabel Santos, responsable de algunos de los papeles más conmovedores y fuertes de la cinematografía nacional, dijo hace unos años una verdad como un templo, y que no pierde vigencia: la situación actual en Cuba dista de ser ideal, y se impone un cambio, de alguna manera, y acorde al siglo XXI.
“Cuba tiene que reinventarse. No podemos seguir soñando en los ochenta. Veo una Cuba que hay que salvarla de alguna manera”, afirmaba la actriz en una vieja entrevista, que recién retomó en un post la página Mi Cuba, en particular un fragmento en el que la artista explicaba por qué, pese a haberlo intentado, no podía vivir fuera de la isla.
Oriunda de Camagüey, quien fuera sin dudas el rostro femenino del cine cubano en los años 80’s, con clásicos como Se Permuta y luego Clandestinos, Isabel Santos ha tenido no pocas oportunidades de reinventarse ella misma en el extranjero, pero a pesar de los pesares, siempre vuelve a casa.
«Me quedé (en Cuba) porque me da la gana. Me siento extranjera en el extranjero. Aquí tengo mi hijo, mi pequeña, mi pequeñita familia. Yo necesito respirar La Habana… ¡que no puedo vivir en otro lado! Y no te creas que no lo he intentado, en los momentos críticos lo intenté y no pude…”, confesaba entonces la actriz, que encarnó a un personaje con el sugerente nombre de Crisis en la película La Vida es Silbar, de Fernando Pérez.
Con Fernando ha trabajado varias veces, y el tema del desarraigo y la migración tampoco le es ajeno: Miel para Oshun, Regreso a Ítaca, Ya no es antes… Los conflictos de su generación no le son ajenos, pero en lugar de aferrarse a un pasado que no volverá, busca nuevos desafíos profesionales.
Por ejemplo, recién debutó como actriz de voz en la serie de animación Titoverse, una coproducción entre México y Cuba, creada, coescrita y dirigida por Daniel Martín Subiaut. Ahí interpreta a tres personajes: la Condesa Elizabeth Bathori, la pirata china Ching Shih y a sí misma.
«Es mi primera vez pero el actor tiene que probarse siempre. Me gustó la forma en la que fui invitada a este reto, me gustaron los guiones. Me sentí arropada por todo el equipo, y fue especialmente valioso contar con una Directora de Actores como Ana Nora Calaza», dijo sobre la experiencia.
Sus opiniones sobre Cuba, por cierto, son similares a las que lanzó otra imprescindible de su generación de oro, Beatriz Valdés, la Bella de la Alhambra, quien dijo que su país natal vive una realidad “triste y demoledora”.
