La policía estima que la hispana Katherine Coromoto Angulo-Rivera ha robado más de $50,000 dólares a ancianos en Miami
Katherine Coromoto Angulo-Rivera, una mujer de 27 años, ha vuelto a ser arrestada en Miami por hacer exactamente lo que ya la había llevado tras las rejas: engañar a personas mayores para robarles sus joyas. Según las autoridades, su método es tan elaborado como vil.
La última acusación se suma a una serie de cargos por fraude organizado, explotación de ancianos, hurto mayor y allanamiento de morada ocupada. Su modus operandi incluía acercarse a víctimas de la tercera edad, ganarse su confianza con supuestos servicios de limpieza de joyas o compra de objetos usados, y desaparecer con artículos cuyo valor acumulado ronda los 50 mil dólares.
En el caso más reciente, ocurrido el pasado 3 de marzo, Angulo-Rivera interceptó a una mujer mayor frente a su casa. Le pidió marcos viejos de gafas que, supuestamente, podía derretir para hacer bisutería. Luego, le ofreció limpiar sus joyas. Una vez dentro de la vivienda, fingió realizar el servicio: colocó las piezas en un recipiente, vertió un líquido que producía humo y cubrió todo con papel, advirtiendo a la víctima que no destapara nada durante una hora.
Al volver para revisar, en lugar de sus joyas, la víctima halló un rosario derretido. La estafadora ya se había esfumado. No fue sino hasta semanas después, viendo un noticiero local, que la víctima reconoció a Angulo-Rivera y llamó a la policía.
La mujer fue capturada nuevamente por la Policía de la Ciudad de Miami tras ser identificada en una rueda fotográfica del Departamento del Sheriff de Miami-Dade. Tras negarse a declarar sin la presencia de su abogado, fue trasladada al Centro Correccional Turner Guilford Knight.
Durante su comparecencia judicial más reciente, el juez le impuso una fianza de 15 mil dólares y le prohibió acercarse a la víctima. Esta no es su primera detención del año. A inicios de abril ya había sido arrestada por delitos similares, luego de engañar a otras dos hermanas ancianas, una de las cuales perdió $2,000 en joyas.
El jefe de la Policía de Miami, Manuel A. Morales, advirtió que se trata de una “depredadora emocional” y llamó a otras posibles víctimas a presentarse.
Lo interesante del momento escogido por Angulo-Rivera para cometer sus fechorías es que llega en un momento en que las autoridades de EE.UU. están deteniendo, arrestando y deportando a inmigrantes con antecedentes penales, incluso por delitos menores o antiguos, como parte de una ofensiva federal para limpiar el sistema migratorio. Su reincidencia, y el hecho de que sus víctimas sean personas vulnerables, podría jugar muy en su contra si se llegara a revisar su estatus migratorio o se determinara que es deportable.
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