El ex canciller y político cubano Ricardo Alarcón de Quesada murió la noche del 30 de abril en La Habana sin conocerse aún detalles de la causa de su deceso.
Tampoco se habían dado a conocer en la mañana del domingo pormenores de sus honras fúnebres y la decisión familiar sobre sus restos.
El diseño de la maquinaria propagandística para la movilización post pandemia del Primero de Mayo centrada en regalarle un baño de masas a Raúl Castro a un mes de cumplir 91 años mientras era llamado “líder de la Revolución” desde la tribuna, evitó desviar la atención mediática hacia el deceso a los 84 años del conocido ex dirigente.
Terminado el desfile en la Plaza de la Revolución y en otras plazas del país, se conoció un Twitter suscrito por el mandatario Miguel Díaz Canel sobre el fallecimiento del importante gestor del castrismo en el conflicto con Washington.
“Anoche ha muerto en La Habana, Ricardo Alarcón de Quesada,gran patriota y brillante diplomático de la #Revolución Cubana, cuya obra defendió con pasión y sólidos argumentos, enorgulleciendo a nuestro pueblo. Toda #Cuba siente su partida”, suscribió el gobernante.
Alarcón de Quesada, nacido en La Habana en 1937, participó en la lucha contra el funesto Fulgencio Batista en su época de estudiante universitario desde 1954. En 1961 fue electo presidente de la FEU y un año después marchó a dirigir el departamento del Minrex encargado de Estados Unidos.
Comenzaría entonces su larga carrera diplomática en la que fue embajador en la ONU en dos períodos 1966-1978, cargo desde el que ascendió a viceministro. Entre 1990-91 sirvió dos veces como presidente del Consejo de Seguridad. Llegó a ser vicepresidente de la Asamblea General de la ONU. Entre 1992 -1993 fue Ministro de Relaciones Exteriores tras suceder a Isidoro Malmierca.
Durante 20 años (1993-2013) asumió el papel de presidente del Parlamento cubano.
Fue miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba desde 1980 hasta su remoción en julio de 2013.
En 1994 encabezó un equipo de otros cinco altos funcionarios, que, en representación del Gobierno cubano, negoció con las autoridades de los Estados Unidos el fin de la llamada «crisis de los balseros» y estableció un nuevo acuerdo migratorio entre ambos países.
Lideró, durante varios años, la campaña a favor de la excarcelación de los cinco agentes de inteligencia cubanos infiltrados en organizaciones anticastristas al sur de La Florida.
El 24 de febrero de 2013 fue sucedido por Esteban Lazo como Presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular y seis meses después, en julio de 2013, «liberado» de sus funciones como miembro del Buró Político.
Se especula que en estas exclusiones del escenario político influyó el arresto en 2012 de su asesor por 20 años, Miguel Álvarez, acusado de actos de espionaje y condenado a 30 años de prisión. Álvarez murió de cáncer en noviembre de 2020
Tras su separación de los cargos Alarcón fue desapareciendo gradualmente de la escena pública mientras dejaba de ser un analista recurrente de las relaciones Cuba-Estados Unidos ante las cámaras de la televisión estatal.
Empezaba a ser extrañado también por la prensa extranjera acreditada en La Habana. Era el único interlocutor de alto rango del gobierno cubano que aceptaba una ronda improvisada de preguntas fuera del rígido formato establecido en La Habana. Recuerda una corresponsal (que pidió no ser mencionada) que desde que Lazo lo sustituyó, el actual jefe del Parlamento nunca ha tenido contactos con la prensa internacional como tampoco Díaz Canel desde que fue designado presidente.
Ducho en la materia Alarcón ya había aceptado tensos retos mediáticos como en 1996 cuando sostuvo un debate para la teleaudiencia norteamericana con Jorge Más Canosa, presidente de la Fundación Nacional Cubano Americana.
