El diseño de la maquinaria propagandística para la movilización post pandemia del Primero de Mayo centrada en regalarle un baño de masas a Raúl Castro a un mes de cumplir 91 años mientras era llamado “líder de la Revolución” desde la tribuna, evitó desviar la atención mediática hacia el deceso a los 84 años del conocido ex dirigente.