El joven cubano Alberto Luiz Cruz mostró este martes la casa que logró comprar para convertirla en refugio para los animales en situación de calle en Güines, en la provincia de Mayabeque.
“El Gobierno no me dio el local que tanto le pedí y le supliqué para una causa tan linda y sana”, pero “hoy gracias a mis seguidores lo logré”, apuntó emocionado el animalista al agradecer a “cada persona que donó dinero” para poder adquirir la vivienda, que habría tenido un costo de 800 dólares.
“Solo Dios sabe cuántas noches le supliqué que me cumpliera este sueño”, expresó el muchacho de 18 años que rescata “a los animales más necesitados” desde que tiene siete.
“Todo el sueño se está cumpliendo paso a paso”, dijo en torno a la remodelación que necesita la casa, que consta de jardín, portal, sala, dos cuartos, cocina, baño, terraza y “un gran patio para que los animales jueguen y corran”.
Según precisó este defensor de los animales, con la ayuda de otros protectores, ya se empezó a pintar y a chapear el jardín y el patio del futuro refugio.
“Sigo en esta lucha por los callejeros y no me voy a rendir jamás porque mi amor por los animales es puro”, recalcó al hablar de quienes han luchado “por hacerle la vida imposible” a la comunidad animalista en Güines.
La noticia ha sido más que bien recibida por quienes se preocupan por aquellos “que no tienen voz” en un país en crisis, donde la voluntad política está muy lejos de responder a sus demandas y cada días se reportan más casos de maltrato y abandono.
Este espacio, de donde “nadie podrá desalojar” a los animales, representa además una esperanza para todos los cubanos que sueñan con ver casas y locales vacíos (muchos de ellos en manos del Gobierno), convertidos en santuarios para los callejeros.
En abril pasado, un grupo de animalistas pidió ayuda al humorista Limay Blanco para obtener los recursos suficientes para comprar un local en La Habana que pudiera convertirse en una clínica veterinaria.