Una mujer italiana de 70 años murió sentada en una silla de su casa, y el cadáver de la anciana fue encontrado dos años después de su muerte, cuando los vecinos se quejaron de que como resultado de la vegetación excesiva, las ramas y hojas de un árbol plantado en el patio de la anciana habían traspasado los límites de la cerca.
«El árbol había caído en su jardín,» confirmó el miércoles a CNN la oficial de prensa del Ayuntamiento de Como, Francesca Manfredi, al referirse al vecino que formuló la queja.
Con esta en la mano los oficiales fueron a visitar a la mujer. Tocaron y nadie les abrió la puerta.
La reja que daba acceso a la casa de la anciana, dice Il Corriere della Sera, parecía no haberse abierto en dos años. Para colmo, la vegetación cubría buena parte de ella y eso le resultó extraño a los agentes, que decidieron investigar qué pasaba.
Fue entonces cuando entraron a la casa y descubrieron el cuerpo de la mujer momificado prácticamente.
Su nombre era Marinella Beretta y vivía sola cerca del lago Como, en Lombardía.
Su cuerpo descompuesto fue descubierto el viernes por la brigada de bomberos de Como, y sentado en una silla en la sala de estar, informó el lunes SkyTg24, un medio afiliado a CNN en Europa.
El nivel de descomposición de su cuerpo era tal que el forense no pudo determinar con exactitud cuándo murió la anciana, ni de qué murió. El forense apenas se limitó a decir que «falleció en algún momento hacia fines de 2019.»
Si fue así, la anciana ni siquiera se enteró que al planeta llegó el coronavirus.
Los vecinos, que no habían visto a Beretta desde septiembre de 2019, asumieron que se había mudado al comienzo de la pandemia de coronavirus, que azotó el norte de Italia en 2020, indican los informes.
En un hecho que resulta bien extraño, la policía dice que está investigando si la anciana tenía algún familiar. Otros medios consultados aseguran en base a las evidencias que es muy probable que no tenga descendencia porque, ¿qué hijo se pasa dos años sin hablar con su madre?
De hecho, nadie se ha presentando. Ninguno de sus posibles herederos ha acudido a presentarse, por lo que el cadáver de la anciana momificado y casi irreconocible permanece en la morgue.
Como no aparece nadie que se haga cargo de los funerales, el gobierno local se ha tenido que hacer cargo del entierro de la anciana.
En una solicitud un poco rara, pero entendible, por cuanto muerto sin cortejo fúnebre no existe o no es entierro, el alcalde de Como, Mario Landriscina, invitó a los residentes de la ciudad a asistir al funeral de Beretta.
«Invito a la ciudad a estar presente”, dijo Landriscina, y agregó:
“Este es el momento de estar juntos, y aunque esta mujer no tuviera parientes, podríamos ser sus parientes”.
La mujer ni siquiera se encontraba en la lista de asistencia de los servicios sociales locales.
Nadie conocía al parecer de su existencia, y ciertamente no era amiga de sus vecinos. Su nombre ni siquiera saltó como «ausente» durante el proceso de vacunación masiva a los ancianos en Italia.
Debido a eso, Elena Bonetti, ministra de Familia e Igualdad de Oportunidades de Italia, lamentó la muerte de la anciana y dijo que esa «soledad olvidada» en la que murió Marinella Beretta, «nos duele en la conciencia».
“Recordar su vida es el deber de una comunidad que quiere permanecer unida, ” dijo en Facebook la funcionaria.
Luego agregó:
«Nadie debería estar solo. Cuidarnos unos a otros es la experiencia de las familias, de las instituciones, de nuestro ser ciudadanos.»
Casi el 40 por ciento de las personas mayores de 75 años en Italia viven solas, según un informe de 2018 del instituto nacional de estadística (ISTAT).
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