La aerolínea estadounidense American Airlines ha pedido al Departamento de Transporte de Estados Unidos autorización para suspender temporalmente rutas clave hacia Cuba durante el verano de 2025, citando la persistente caída en la demanda de pasajeros. La medida refleja un contexto regional más amplio de incertidumbre económica, obstáculos regulatorios y tensiones políticas bilaterales.
American Airlines, una de las compañías con mayor presencia en las rutas entre Estados Unidos y Cuba, ha solicitado al Departamento de Transporte (DOT, por sus siglas en inglés) la ampliación de una exención temporal que le permita reducir vuelos hacia la isla caribeña durante la temporada de verano de 2025.
La petición se centra en dos rutas de alto tráfico: Miami-La Habana y Miami-Santiago de Cuba. En el caso de la ruta hacia y desde Santiago, la aerolínea pidió suspender sus vuelos diarios todos los días de la semana. De ser aprobado por la agencia, cerrará completamente este aeropuerto, dejándolo sin servicio directo a Estados Unidos.
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Para la capital cubana, la solicitud busca recortar hasta tres conexiones diarias con Miami los lunes, jueves, viernes, sábados y domingos, y hasta cuatro vuelos diarios los martes y miércoles.
American Airlines justifica la medida por “desafíos más profundos para la recuperación de la demanda de pasajeros” en las rutas hacia Cuba, lo que refleja una tendencia prolongada de desaceleración en los viajes bilaterales. La empresa señala que esta reducción estaría “estrechamente enfocada” al verano de 2025 y permitiría “alinear mejor su capacidad y servicios con las condiciones del mercado”.
Este anuncio ocurre en un contexto regional de fuertes restricciones económicas que afectan a ambos lados del estrecho de Florida. Por un lado, la inflación y la desaceleración pospandémica han erosionado la capacidad de gasto de los viajeros. Por otro, Cuba atraviesa su peor crisis económica en tres décadas, con escasez de combustible, cortes eléctricos prolongados, una migración récord y una infraestructura turística en deterioro.
Aunque American Airlines no ha pedido ajustes para sus rutas a Camagüey, Holguín, Varadero y Santa Clara, ya había reducido su frecuencia a esos destinos previamente. Esto sugiere un patrón de ajuste estructural más allá de las oscilaciones estacionales.
La reducción de vuelos hacia Santiago de Cuba tiene implicaciones particulares. Esta ciudad ha sido históricamente un centro neurálgico del oriente cubano, con una intensa actividad migratoria hacia el sur de Florida. El corte del puente aéreo podría afectar tanto a las remesas como al turismo familiar, dos pilares del vínculo transnacional entre la comunidad cubana del exterior y su país de origen.
El DOT aún no se ha pronunciado sobre la solicitud. Sin embargo, el precedente reciente -que incluye la aprobación de exenciones similares en marzo pasado- sugiere que la agencia podría dar luz verde a esta nueva petición. En ese caso, la capacidad aérea entre EE. UU. y Cuba seguiría reduciéndose, en un momento en que el país caribeño enfrenta una creciente desconexión tanto física como económica con su diáspora más cercana.